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A ... / adicciones

adicciones

Mateo Capítulo 5:1

Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.

Mateo Capítulo 5:2

Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:

Mateo Capítulo 5:3

Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Mateo Capítulo 5:4

Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.

Mateo Capítulo 5:5

Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

Mateo Capítulo 5:6

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

Mateo Capítulo 5:7

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Mateo Capítulo 5:8

Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.

Mateo Capítulo 5:9

Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Mateo Capítulo 5:10

Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Mateo Capítulo 5:11

Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.

Mateo Capítulo 5:12

Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

Mateo Capítulo 5:13

Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

Mateo Capítulo 5:14

Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.

Mateo Capítulo 5:15

Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.

Mateo Capítulo 5:16

Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que están los cielos.

Mateo Capítulo 5:17

No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.

Mateo Capítulo 5:18

Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.

Mateo Capítulo 5:19

De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.

Mateo Capítulo 5:20

Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Mateo Capítulo 5:21

Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio.

Mateo Capítulo 5:22

Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.

Mateo Capítulo 5:23

Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,

Mateo Capítulo 5:24

deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

Mateo Capítulo 5:25

Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.

Mateo Capítulo 5:26

De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.

Mateo Capítulo 5:27

Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.

Mateo Capítulo 5:28

Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

Mateo Capítulo 5:29

Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.

Mateo Capítulo 5:30

Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.

Mateo Capítulo 5:31

También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio.

Mateo Capítulo 5:32

Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.

Mateo Capítulo 5:33

Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos.

Mateo Capítulo 5:34

Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;

Mateo Capítulo 5:35

ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.

Mateo Capítulo 5:36

Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello.

Mateo Capítulo 5:37

Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.

Mateo Capítulo 5:38

Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.

Mateo Capítulo 5:39

Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;

Mateo Capítulo 5:40

y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;

Mateo Capítulo 5:41

y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, vecon él dos.

Mateo Capítulo 5:42

Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.

Mateo Capítulo 5:43

Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.

Mateo Capítulo 5:44

Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;

Mateo Capítulo 5:45

para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

Mateo Capítulo 5:46

Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?

Mateo Capítulo 5:47

Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?

Mateo Capítulo 5:48

Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

Mateo Capítulo 6:1

Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.

Mateo Capítulo 6:2

Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.

Mateo Capítulo 6:3

Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,

Mateo Capítulo 6:4

para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Mateo Capítulo 6:5

Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.

Mateo Capítulo 6:6

Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Mateo Capítulo 6:7

Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.

Mateo Capítulo 6:8

No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.

Mateo Capítulo 6:9

Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.

Mateo Capítulo 6:10

Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

Mateo Capítulo 6:11

El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.

Mateo Capítulo 6:12

Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.

Mateo Capítulo 6:13

Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

Mateo Capítulo 6:14

Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;

Mateo Capítulo 6:15

mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Mateo Capítulo 6:16

Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.

Mateo Capítulo 6:17

Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro,

Mateo Capítulo 6:18

para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Mateo Capítulo 6:19

No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;

Mateo Capítulo 6:20

sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.

Mateo Capítulo 6:21

Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Mateo Capítulo 6:22

La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz;

Mateo Capítulo 6:23

pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estaráen tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?

Mateo Capítulo 6:24

Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

Mateo Capítulo 6:25

Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?

Mateo Capítulo 6:26

Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?

Mateo Capítulo 6:27

¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?

Mateo Capítulo 6:28

Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;

Mateo Capítulo 6:29

pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.

Mateo Capítulo 6:30

Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?

Mateo Capítulo 6:31

No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?

Mateo Capítulo 6:32

Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.

Mateo Capítulo 6:33

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Mateo Capítulo 6:34

Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

Mateo Capítulo 7:1

No juzguéis, para que no seáis juzgados.

Mateo Capítulo 7:2

Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.

Mateo Capítulo 7:3

¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?

Mateo Capítulo 7:4

¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?

Mateo Capítulo 7:5

¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.

Mateo Capítulo 7:6

No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.

Mateo Capítulo 7:7

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

Mateo Capítulo 7:8

Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

Mateo Capítulo 7:9

¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?

Mateo Capítulo 7:10

¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?

Mateo Capítulo 7:11

Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

Mateo Capítulo 7:12

Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

Mateo Capítulo 7:13

Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;

Mateo Capítulo 7:14

porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

Mateo Capítulo 7:15

Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.

Mateo Capítulo 7:16

Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?

Mateo Capítulo 7:17

Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.

Mateo Capítulo 7:18

No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.

Mateo Capítulo 7:19

Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.

Mateo Capítulo 7:20

Así que, por sus frutos los conoceréis.

Mateo Capítulo 7:21

No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

Mateo Capítulo 7:22

Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?

Mateo Capítulo 7:23

Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

Mateo Capítulo 7:24

Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.

Mateo Capítulo 7:25

Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.

Mateo Capítulo 7:26

Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;

Mateo Capítulo 7:27

y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

Mateo Capítulo 7:28

Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;

Mateo Capítulo 7:29

porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

Mateo Capítulo 8:1

Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente.

Mateo Capítulo 8:2

Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Mateo Capítulo 8:3

Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.

Mateo Capítulo 8:4

Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.

Mateo Capítulo 8:5

Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole,

Mateo Capítulo 8:6

y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.

Mateo Capítulo 8:7

Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.

Mateo Capítulo 8:8

Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente dí la palabra, y mi criado sanará.

Mateo Capítulo 8:9

Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.

Mateo Capítulo 8:10

Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.

Mateo Capítulo 8:11

Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos;

Mateo Capítulo 8:12

mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Mateo Capítulo 8:13

Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.

Mateo Capítulo 8:14

Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada en cama, con fiebre.

Mateo Capítulo 8:15

Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.

Mateo Capítulo 8:16

Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos;

Mateo Capítulo 8:17

para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

Mateo Capítulo 8:18

Viéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar al otro lado.

Mateo Capítulo 8:19

Y vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.

Mateo Capítulo 8:20

Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza.

Mateo Capítulo 8:21

Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre.

Mateo Capítulo 8:22

Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.

Mateo Capítulo 8:23

Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.

Mateo Capítulo 8:24

Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.

Mateo Capítulo 8:25

Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!

Mateo Capítulo 8:26

El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.

Mateo Capítulo 8:27

Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?

Mateo Capítulo 8:28

Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.

Mateo Capítulo 8:29

Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?

Mateo Capítulo 8:30

Estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos.

Mateo Capítulo 8:31

Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos.

Mateo Capítulo 8:32

El les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas.

Mateo Capítulo 8:33

Y los que los apacentaban huyeron, y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había pasado con los endemoniados.

Mateo Capítulo 8:34

Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos.

Mateo Capítulo 9:1

Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad.

Mateo Capítulo 9:2

Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.

Mateo Capítulo 9:3

Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema.

Mateo Capítulo 9:4

Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?

Mateo Capítulo 9:5

Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?

Mateo Capítulo 9:6

Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.

Mateo Capítulo 9:7

Entonces él se levantó y se fue a su casa.

Mateo Capítulo 9:8

Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.

Mateo Capítulo 9:9

Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió.

Mateo Capítulo 9:10

Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos.

Mateo Capítulo 9:11

Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Porqué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?

Mateo Capítulo 9:12

Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.

Mateo Capítulo 9:13

Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.

Mateo Capítulo 9:14

Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan?

Mateo Capítulo 9:15

Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.

Mateo Capítulo 9:16

Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura.

Mateo Capítulo 9:17

Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.

Mateo Capítulo 9:18

Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.

Mateo Capítulo 9:19

Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos.

Mateo Capítulo 9:20

Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;

Mateo Capítulo 9:21

porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.

Mateo Capítulo 9:22

Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.

Mateo Capítulo 9:23

Al entrar Jesús en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas, y la gente que hacía alboroto,

Mateo Capítulo 9:24

les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él.

Mateo Capítulo 9:25

Pero cuando la gente había sido echada fuera, entró, y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó.

Mateo Capítulo 9:26

Y se difundió la fama de esto por toda aquella tierra.

Mateo Capítulo 9:27

Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!

Mateo Capítulo 9:28

Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor.

Mateo Capítulo 9:29

Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho.

Mateo Capítulo 9:30

Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.

Mateo Capítulo 9:31

Pero salidos ellos, divulgaron la fama de él por toda aquella tierra.

Mateo Capítulo 9:32

Mientras salían ellos, he aquí, le trajeron un mudo, endemoniado.

Mateo Capítulo 9:33

Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel.

Mateo Capítulo 9:34

Pero los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.

Mateo Capítulo 9:35

Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.

Mateo Capítulo 9:36

Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.

Mateo Capítulo 9:37

Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.

Mateo Capítulo 9:38

Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

Mateo Capítulo 10:1

Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.

Mateo Capítulo 10:2

Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano;

Mateo Capítulo 10:3

Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo,

Mateo Capítulo 10:4

Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó.

Mateo Capítulo 10:5

A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis,

Mateo Capítulo 10:6

sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel.

Mateo Capítulo 10:7

Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado.

Mateo Capítulo 10:8

Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.

Mateo Capítulo 10:9

No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos;

Mateo Capítulo 10:10

ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento.

Mateo Capítulo 10:11

Mas en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y posad allí hasta que salgáis.

Mateo Capítulo 10:12

Y al entrar en la casa, saludadla.

Mateo Capítulo 10:13

Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros.

Mateo Capítulo 10:14

Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.

Mateo Capítulo 10:15

De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad.

Mateo Capítulo 10:16

He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.

Mateo Capítulo 10:17

Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán;

Mateo Capítulo 10:18

y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles.

Mateo Capítulo 10:19

Mas cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar.

Mateo Capítulo 10:20

Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.

Mateo Capítulo 10:21

El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir.

Mateo Capítulo 10:22

Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

Mateo Capítulo 10:23

Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo de Hombre.

Mateo Capítulo 10:24

El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor.

Mateo Capítulo 10:25

Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzeb, ¿cuánto más a los de su casa?

Mateo Capítulo 10:26

Así que, no los temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse.

Mateo Capítulo 10:27

Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas.

Mateo Capítulo 10:28

Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.

Mateo Capítulo 10:29

¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre.

Mateo Capítulo 10:30

Pues aun vuestros cabellos están todos contados.

Mateo Capítulo 10:31

Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.

Mateo Capítulo 10:32

A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.

Mateo Capítulo 10:33

Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.

Mateo Capítulo 10:34

No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada.

Mateo Capítulo 10:35

Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra;

Mateo Capítulo 10:36

y los enemigos del hombre serán los de su casa.

Mateo Capítulo 10:37

El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí;

Mateo Capítulo 10:38

y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.

Mateo Capítulo 10:39

El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.

Mateo Capítulo 10:40

El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.

Mateo Capítulo 10:41

El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá.

Mateo Capítulo 10:42

Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.

Mateo Capítulo 11:1

Cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en las ciudades de ellos.

Mateo Capítulo 11:2

Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos,

Mateo Capítulo 11:3

para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?

Mateo Capítulo 11:4

Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis.

Mateo Capítulo 11:5

Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;

Mateo Capítulo 11:6

y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí.

Mateo Capítulo 11:7

Mientras ellos se iban, comenzó Jesús a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?

Mateo Capítulo 11:8

¿O qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que llevan vestiduras delicadas, en las casas de los reyes están.

Mateo Capítulo 11:9

Pero ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta.

Mateo Capítulo 11:10

Porque éste es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti.

Mateo Capítulo 11:11

De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él.

Mateo Capítulo 11:12

Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.

Mateo Capítulo 11:13

Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan.

Mateo Capítulo 11:14

Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir.

Mateo Capítulo 11:15

El que tiene oídos para oír, oiga.

Mateo Capítulo 11:16

Mas ¿a qué compararé esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, y dan voces a sus compañeros,

Mateo Capítulo 11:17

diciendo: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no lamentasteis.

Mateo Capítulo 11:18

Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: Demonio tiene.

Mateo Capítulo 11:19

Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Pero la sabiduría es justificada por sus hijos.

Mateo Capítulo 11:20

Entonces comenzó a reconvenir a las ciudades en las cuales había hecho muchos de sus milagros, porque no se habían arrepentido, diciendo:

Mateo Capítulo 11:21

Ay de ti, Corazín! Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza.

Mateo Capítulo 11:22

Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para Tiro y para Sidón, que para vosotras.

Mateo Capítulo 11:23

Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy.

Mateo Capítulo 11:24

Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma, que para ti.

Mateo Capítulo 11:25

En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.

Mateo Capítulo 11:26

Sí, Padre, porque así te agradó.

Mateo Capítulo 11:27

Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.

Mateo Capítulo 11:28

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Mateo Capítulo 11:29

Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;

Mateo Capítulo 11:30

porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Mateo Capítulo 12:1

En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en un día de reposo; y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer.

Mateo Capítulo 12:2

Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo.

Mateo Capítulo 12:3

Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre;

Mateo Capítulo 12:4

cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes?

Mateo Capítulo 12:5

¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa?

Mateo Capítulo 12:6

Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí.

Mateo Capítulo 12:7

Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes;

Mateo Capítulo 12:8

porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.

Mateo Capítulo 12:9

Pasando de allí, vino a la sinagoga de ellos.

Mateo Capítulo 12:10

Y he aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús, para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de reposo?

Mateo Capítulo 12:11

El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante?

Mateo Capítulo 12:12

Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo.

Mateo Capítulo 12:13

Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra.

Mateo Capítulo 12:14

Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle.

Mateo Capítulo 12:15

Sabiendo esto Jesús, se apartó de allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos,

Mateo Capítulo 12:16

y les encargaba rigurosamente que no le descubriesen;

Mateo Capítulo 12:17

para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo:

Mateo Capítulo 12:18

He aquí mi siervo, a quien he escogido; Mi Amado, en quien se agrada mi alma; Pondré mi Espíritu sobre él, Y a los gentiles anunciará juicio.

Mateo Capítulo 12:19

No contenderá, ni voceará, Ni nadie oirá en las calles su voz.

Mateo Capítulo 12:20

La caña cascada no quebrará, Y el pábilo que humea no apagará, Hasta que saque a victoria el juicio.

Mateo Capítulo 12:21

Y en su nombre esperarán los gentiles.

Mateo Capítulo 12:22

Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba.

Mateo Capítulo 12:23

Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David?

Mateo Capítulo 12:24

Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.

Mateo Capítulo 12:25

Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.

Mateo Capítulo 12:26

Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?

Mateo Capítulo 12:27

Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.

Mateo Capítulo 12:28

Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.

Mateo Capítulo 12:29

Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa.

Mateo Capítulo 12:30

El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.

Mateo Capítulo 12:31

Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.

Mateo Capítulo 12:32

A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.

Mateo Capítulo 12:33

O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol.

Mateo Capítulo 12:34

¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Mateo Capítulo 12:35

El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.

Mateo Capítulo 12:36

Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.

Mateo Capítulo 12:37

Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

Mateo Capítulo 12:38

Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal.

Mateo Capítulo 12:39

El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás.

Mateo Capítulo 12:40

Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

Mateo Capítulo 12:41

Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar.

Mateo Capítulo 12:42

La reina del Sur se levantaráen el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar.

Mateo Capítulo 12:43

Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla.

Mateo Capítulo 12:44

Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada.

Mateo Capítulo 12:45

Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación.

Mateo Capítulo 12:46

Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar.

Mateo Capítulo 12:47

Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar.

Mateo Capítulo 12:48

Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?

Mateo Capítulo 12:49

Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.

Mateo Capítulo 12:50

Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.

Mateo Capítulo 13:1

Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó unto al mar.

Mateo Capítulo 13:2

Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa.

Mateo Capítulo 13:3

Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.

Mateo Capítulo 13:4

Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.

Mateo Capítulo 13:5

Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;

Mateo Capítulo 13:6

pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.

Mateo Capítulo 13:7

Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.

Mateo Capítulo 13:8

Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.

Mateo Capítulo 13:9

El que tiene oídos para oír, oiga.

Mateo Capítulo 13:10

Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?

Mateo Capítulo 13:11

El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.

Mateo Capítulo 13:12

Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

Mateo Capítulo 13:13

Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.

Mateo Capítulo 13:14

De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis.

Mateo Capítulo 13:15

Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane.

Mateo Capítulo 13:16

Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.

Mateo Capítulo 13:17

Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.

Mateo Capítulo 13:18

Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador:

Mateo Capítulo 13:19

Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.

Mateo Capítulo 13:20

Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;

Mateo Capítulo 13:21

pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.

Mateo Capítulo 13:22

El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

Mateo Capítulo 13:23

Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.

Mateo Capítulo 13:24

Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo;

Mateo Capítulo 13:25

pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.

Mateo Capítulo 13:26

Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.

Mateo Capítulo 13:27

Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?

Mateo Capítulo 13:28

El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?

Mateo Capítulo 13:29

El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo.

Mateo Capítulo 13:30

Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.

Mateo Capítulo 13:31

Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo;

Mateo Capítulo 13:32

el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.

Mateo Capítulo 13:33

Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.

Mateo Capítulo 13:34

Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba;

Mateo Capítulo 13:35

para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.

Mateo Capítulo 13:36

Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo.

Mateo Capítulo 13:37

Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.

Mateo Capítulo 13:38

El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.

Mateo Capítulo 13:39

El enemigo que la sembróes el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.

Mateo Capítulo 13:40

De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, asíseráen el fin de este siglo.

Mateo Capítulo 13:41

Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad,

Mateo Capítulo 13:42

y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Mateo Capítulo 13:43

Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.

Mateo Capítulo 13:44

Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.

Mateo Capítulo 13:45

También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,

Mateo Capítulo 13:46

que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.

Mateo Capítulo 13:47

Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;

Mateo Capítulo 13:48

y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.

Mateo Capítulo 13:49

Asíserá al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos,

Mateo Capítulo 13:50

y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Mateo Capítulo 13:51

Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor.

Mateo Capítulo 13:52

El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.

Mateo Capítulo 13:53

Aconteció que cuando terminó Jesús estas parábolas, se fue de allí.

Mateo Capítulo 13:54

Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros?

Mateo Capítulo 13:55

¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas?

Mateo Capítulo 13:56

¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?

Mateo Capítulo 13:57

Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa.

Mateo Capítulo 13:58

Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.

Mateo Capítulo 26:41

Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

Juan Capítulo 2:1

Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.

Juan Capítulo 2:2

Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.

Juan Capítulo 2:3

Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.

Juan Capítulo 2:4

Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.

Juan Capítulo 2:5

Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.

Juan Capítulo 2:6

Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros.

Juan Capítulo 2:7

Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba.

Juan Capítulo 2:8

Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron.

Juan Capítulo 2:9

Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo,

Juan Capítulo 2:10

y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora.

Juan Capítulo 2:11

Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.

Juan Capítulo 2:12

Después de esto descendieron a Capernaum, él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días.

Juan Capítulo 2:13

Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén,

Juan Capítulo 2:14

y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.

Juan Capítulo 2:15

Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas;

Juan Capítulo 2:16

y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.

Juan Capítulo 2:17

Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume.

Juan Capítulo 2:18

Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto?

Juan Capítulo 2:19

Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.

Juan Capítulo 2:20

Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?

Juan Capítulo 2:21

Mas él hablaba del templo de su cuerpo.

Juan Capítulo 2:22

Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.

Juan Capítulo 2:23

Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía.

Juan Capítulo 2:24

Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos,

Juan Capítulo 2:25

y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.

Juan Capítulo 3:1

Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.

Juan Capítulo 3:2

Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.

Juan Capítulo 3:3

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

Juan Capítulo 3:4

Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?

Juan Capítulo 3:5

Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

Juan Capítulo 3:6

Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

Juan Capítulo 3:7

No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

Juan Capítulo 3:8

El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

Juan Capítulo 3:9

Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?

Juan Capítulo 3:10

Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?

Juan Capítulo 3:11

De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.