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Algunos temas bíblicos

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S ... / siendo juzgado erróneamente

siendo juzgado erróneamente

Salmos Capítulo 139:1

Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.

Salmos Capítulo 139:2

Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos.

Salmos Capítulo 139:3

Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos.

Salmos Capítulo 139:4

Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.

Salmos Capítulo 139:5

Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano.

Salmos Capítulo 139:6

Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender.

Salmos Capítulo 139:7

¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?

Salmos Capítulo 139:8

Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.

Salmos Capítulo 139:9

Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar,

Salmos Capítulo 139:10

Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra.

Salmos Capítulo 139:11

Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí.

Salmos Capítulo 139:12

Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz.

Salmos Capítulo 139:13

Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre.

Salmos Capítulo 139:14

Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.

Salmos Capítulo 139:15

No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra.

Salmos Capítulo 139:16

Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.

Salmos Capítulo 139:17

¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!

Salmos Capítulo 139:18

Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo.

Salmos Capítulo 139:19

De cierto, oh Dios, harás morir al impío; Apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios.

Salmos Capítulo 139:20

Porque blasfemias dicen ellos contra ti; Tus enemigos toman en vano tu nombre.

Salmos Capítulo 139:21

¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, Y me enardezco contra tus enemigos?

Salmos Capítulo 139:22

Los aborrezco por completo; Los tengo por enemigos.

Salmos Capítulo 139:23

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos;

Salmos Capítulo 139:24

Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.

Juan Capítulo 6:27

Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.

Juan Capítulo 7:24

No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.

Romanos Capítulo 8:6

Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.

Romanos Capítulo 8:7

Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;

Romanos Capítulo 8:8

y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.

Romanos Capítulo 14:4

¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.

1 Corintios Capítulo 4:3

Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo.

1 Corintios Capítulo 4:4

Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor.

1 Corintios Capítulo 4:5

Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.

Santiago Capítulo 4:11

Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.

Santiago Capítulo 4:12

Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?