telequinesia
Levítico Capítulo 19:31
No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios.
Levítico Capítulo 20:27
Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados; su sangre será sobre ellos.
Deuteronomio Capítulo 18:10
No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero,
Deuteronomio Capítulo 18:11
ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.
Deuteronomio Capítulo 18:12
Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.
Mateo Capítulo 17:20
Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.
Hechos Capítulo 8:9
Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande.
Hechos Capítulo 8:10
A éste oían atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este es el gran poder de Dios.
Hechos Capítulo 8:11
Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas les había engañado mucho tiempo.
Hechos Capítulo 8:12
Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.
Gálatas Capítulo 5:19
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
Gálatas Capítulo 5:20
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
Gálatas Capítulo 5:21
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Apocalipsis Capítulo 21:8
Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.