nadar
Salmos Capítulo 8:8
Las aves de los cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar.
Salmos Capítulo 18:15
Entonces aparecieron los abismos de las aguas, Y quedaron al descubierto los cimientos del mundo, A tu reprensión, oh Jehová, Por el soplo del aliento de tu nariz.
Salmos Capítulo 23:2
En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Isaías Capítulo 25:11
Y extenderá su mano por en medio de él, como la extiende el nadador para nadar; y abatirá su soberbia y la destreza de sus manos;
Isaías Capítulo 43:2
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Ezequiel Capítulo 47:5
Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado.
Daniel Capítulo 7:1
En el primer año de Belsasar rey de Babilonia tuvo Daniel un sueño, y visiones de su cabeza mientras estaba en su lecho; luego escribió el sueño, y relató lo principal del asunto.
Daniel Capítulo 7:2
Daniel dijo: Miraba yo en mi visión de noche, y he aquí que los cuatro vientos del cielo combatían en el gran mar.
Daniel Capítulo 7:3
Y cuatro bestias grandes, diferentes la una de la otra, subían del mar.
Daniel Capítulo 7:4
La primera era como león, y tenía alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies a manera de hombre, y le fue dado corazón de hombre.
Daniel Capítulo 7:5
Y he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso, la cual se alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres costillas entre los dientes; y le fue dicho así: Levántate, devora mucha carne.
Daniel Capítulo 7:6
Después de esto miré, y he aquí otra, semejante a un leopardo, con cuatro alas de ave en sus espaldas; tenía tembién esta bestia cuatro cabezas; y le fue dado dominio.
Daniel Capítulo 7:7
Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos.
Daniel Capítulo 7:8
Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas.
Daniel Capítulo 7:9
Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente.
Daniel Capítulo 7:10
Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.
Daniel Capítulo 7:11
Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego.
Daniel Capítulo 7:12
Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo.
Daniel Capítulo 7:13
Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.
Daniel Capítulo 7:14
Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.
Daniel Capítulo 7:15
Se me turbó el espíritu a mí, Daniel, en medio de mi cuerpo, y las visiones de mi cabeza me asombraron.
Daniel Capítulo 7:16
Me acerqué a uno de los que asistían, y le pregunté la verdad acerca de todo esto. Y me habló, y me hizo conocer la interpretación de las cosas.
Daniel Capítulo 7:17
Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se levantarán en la tierra.
Daniel Capítulo 7:18
Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre.
Daniel Capítulo 7:19
Entonces tuve deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que era tan diferente de todas las otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro y uñas de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies;
Daniel Capítulo 7:20
asimismo acerca de los diez cuernos que tenía en su cabeza, y del otro que le había salido, delante del cual habían caído tres; y este mismo cuerno tenía ojos, y boca que hablaba grandes cosas, y parecía más grande que sus compañeros.
Daniel Capítulo 7:21
Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía,
Daniel Capítulo 7:22
hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino.
Daniel Capítulo 7:23
Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará.
Daniel Capítulo 7:24
Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará.
Daniel Capítulo 7:25
Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.
Daniel Capítulo 7:26
Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin,
Daniel Capítulo 7:27
y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.
Daniel Capítulo 7:28
Aquí fue el fin de sus palabras. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me turbaron y mi rostro se demudó; pero guardé el asunto en mi corazón.
Juan Capítulo 21:7
Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar.
Hechos Capítulo 27:1
Cuando se decidió que habíamos de navegar para Italia, entregaron a Pablo y a algunos otros presos a un centurión llamado Julio, de la compañía Augusta.
Hechos Capítulo 27:2
Y embarcándonos en una nave adramitena que iba a tocar los puertos de Asia, zarpamos, estando con nosotros Aristarco, macedonio de Tesalónica.
Hechos Capítulo 27:3
Al otro día llegamos a Sidón; y Julio, tratando humanamente a Pablo, le permitió que fuese a los amigos, para ser atendido por ellos.
Hechos Capítulo 27:4
Y haciéndonos a la vela desde allí, navegamos a sotavento de Chipre, porque los vientos eran contrarios.
Hechos Capítulo 27:5
Habiendo atravesado el mar frente a Cilicia y Panfilia, arribamos a Mira, ciudad de Licia.
Hechos Capítulo 27:6
Y hallando allí el centurión una nave alejandrina que zarpaba para Italia, nos embarcó en ella.
Hechos Capítulo 27:7
Navegando muchos días despacio, y llegando a duras penas frente a Gnido, porque nos impedía el viento, navegamos a sotavento de Creta, frente a Salmón.
Hechos Capítulo 27:8
Y costeándola con dificultad, llegamos a un lugar que llaman Buenos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad de Lasea.
Hechos Capítulo 27:9
Y habiendo pasado mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegación, por haber pasado ya el ayuno, Pablo les amonestaba,
Hechos Capítulo 27:10
diciéndoles: Varones, veo que la navegación va a ser con perjuicio y mucha pérdida, no sólo del cargamento y de la nave, sino también de nuestras personas.
Hechos Capítulo 27:11
Pero el centurión daba más crédito al piloto y al patrón de la nave, que a lo que Pablo decía.
Hechos Capítulo 27:12
Y siendo incómodo el puerto para invernar, la mayoría acordó zarpar también de allí, por si puediesen arribar a Fenice, puerto de Creta que mira al nordeste y sudeste, e invernar allí.
Hechos Capítulo 27:13
Y soplando una brisa del sur, pareciéndoles que ya tenían lo que deseaban, levaron anclas e iban costeando Creta.
Hechos Capítulo 27:14
Pero no mucho después dio contra la nave un viento huracanado llamado Euroclidón.
Hechos Capítulo 27:15
Y siendo arrebatada la nave, y no pudiendo poner proa al viento, nos abandonamos a él y nos dejamos llevar.
Hechos Capítulo 27:16
Y habiendo corrido a sotavento de una pequeña isla llamada Clauda, con dificultad pudimos recoger el esquife.
Hechos Capítulo 27:17
Y una vez subido a bordo, usaron de refuerzos para ceñir la nave; y teniendo temor de dar en la Sirte, arriaron las velas y quedaron a la deriva.
Hechos Capítulo 27:18
Pero siendo combatidos por una furiosa tempestad, al siguiente día empezaron a alijar,
Hechos Capítulo 27:19
y al tercer día con nuestras propias manos arrojamos los aparejos de la nave.
Hechos Capítulo 27:20
Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos.
Hechos Capítulo 27:21
Entonces Pablo, como hacía ya mucho que no comíamos, puesto en pie en medio de ellos, dijo: Habría sido por cierto conveniente, oh varones, haberme oído, y no zarpar de Creta tan sólo para recibir este perjuicio y pérdida.
Hechos Capítulo 27:22
Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave.
Hechos Capítulo 27:23
Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo,
Hechos Capítulo 27:24
diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo.
Hechos Capítulo 27:25
Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho.
Hechos Capítulo 27:26
Con todo, es necesario que demos en alguna isla.
Hechos Capítulo 27:27
Venida la decimacuarta noche, y siendo llevados a través del mar Adriático, a la medianoche los marineros sospecharon que estaban cerca de tierra;
Hechos Capítulo 27:28
y echando la sonda, hallaron veinte brazas; y pasando un poco más adelante, volviendo a echar la sonda, hallaron quince brazas.
Hechos Capítulo 27:29
Y temiendo dar en escollos, echaron cuatro anclas por la popa, y ansiaban que se hiciese de día.
Hechos Capítulo 27:30
Entonces los marineros procuraron huir de la nave, y echando el esquife al mar, aparentaban como que querían largar las anclas de proa.
Hechos Capítulo 27:31
Pero Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si éstos no permanecen en la nave, vosotros no podéis salvaros.
Hechos Capítulo 27:32
Entonces los soldados cortaron las amarras del esquife y lo dejaron perderse.
Hechos Capítulo 27:33
Cuando comenzó a amanecer, Pablo exhortaba a todos que comiesen, diciendo: Este es el decimocuarto día que veláis y permanecéis en ayunas, sin comer nada.
Hechos Capítulo 27:34
Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud; pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá.
Hechos Capítulo 27:35
Y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiéndolo, comenzó a comer.
Hechos Capítulo 27:36
Entonces todos, teniendo ya mejor ánimo, comieron también.
Hechos Capítulo 27:37
Y éramos todas las personas en la nave doscientas setenta y seis.
Hechos Capítulo 27:38
Y ya satisfechos, aligeraron la nave, echando el trigo al mar.
Hechos Capítulo 27:39
Cuando se hizo de día, no reconocían la tierra, pero veían una ensenada que tenía playa, en la cual acordaron varar, si pudiesen, la nave.
Hechos Capítulo 27:40
Cortando, pues, las anclas, las dejaron en el mar, largando también las amarras del timón; e izada al viento la vela de proa, enfilaron hacia la playa.
Hechos Capítulo 27:41
Pero dando en un lugar de dos aguas, hicieron encallar la nave; y la proa, hincada, quedó inmóvil, y la popa se abría con la violencia del mar.
Hechos Capítulo 27:42
Entonces los soldados acordaron matar a los presos, para que ninguno se fugase nadando.
Hechos Capítulo 27:43
Pero el centurión, queriendo salvar a Pablo, les impidió este intento, y mandó que los que pudiesen nadar se echasen los primeros, y saliesen a tierra;
Hechos Capítulo 27:44
y los demás, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra.