estancamiento
Deuteronomio Capítulo 1:6
Jehová nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Habéis estado bastante tiempo en este monte.
Deuteronomio Capítulo 1:7
Volveos e id al monte del amorreo y a todas sus comarcas, en el Arabá, en el monte, en los valles, en el Neguev, y junto a la costa del mar, a la tierra del cananeo, y al Líbano, hasta el gran río, el río Éufrates.
Deuteronomio Capítulo 1:8
Mirad, yo os he entregado la tierra; entrad y poseed la tierra que Jehová juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a su descendencia después de ellos.
Joel Capítulo 2:25
Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros.
Joel Capítulo 2:26
Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.
Joel Capítulo 2:27
Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.
Mateo Capítulo 13:1
Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó unto al mar.
Mateo Capítulo 13:2
Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa.
Mateo Capítulo 13:3
Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.
Mateo Capítulo 13:4
Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.
Mateo Capítulo 13:5
Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;
Mateo Capítulo 13:6
pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
Mateo Capítulo 13:7
Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.
Mateo Capítulo 13:8
Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.
Mateo Capítulo 13:9
El que tiene oídos para oír, oiga.
Mateo Capítulo 13:10
Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?
Mateo Capítulo 13:11
El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.
Mateo Capítulo 13:12
Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
Mateo Capítulo 13:13
Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.
Mateo Capítulo 13:14
De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis.
Mateo Capítulo 13:15
Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane.
Mateo Capítulo 13:16
Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
Mateo Capítulo 13:17
Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Mateo Capítulo 13:18
Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador:
Mateo Capítulo 13:19
Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.
Mateo Capítulo 13:20
Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;
Mateo Capítulo 13:21
pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.
Mateo Capítulo 13:22
El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
Mateo Capítulo 13:23
Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.
Mateo Capítulo 13:24
Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo;
Mateo Capítulo 13:25
pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.
Mateo Capítulo 13:26
Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.
Mateo Capítulo 13:27
Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?
Mateo Capítulo 13:28
El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?
Mateo Capítulo 13:29
El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo.
Mateo Capítulo 13:30
Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.
Mateo Capítulo 13:31
Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo;
Mateo Capítulo 13:32
el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.
Mateo Capítulo 13:33
Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.
Mateo Capítulo 13:34
Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba;
Mateo Capítulo 13:35
para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.
Mateo Capítulo 13:36
Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo.
Mateo Capítulo 13:37
Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.
Mateo Capítulo 13:38
El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.
Mateo Capítulo 13:39
El enemigo que la sembróes el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.
Mateo Capítulo 13:40
De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, asíseráen el fin de este siglo.
Mateo Capítulo 13:41
Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad,
Mateo Capítulo 13:42
y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Mateo Capítulo 13:43
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.
Mateo Capítulo 13:44
Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.
Mateo Capítulo 13:45
También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,
Mateo Capítulo 13:46
que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
Mateo Capítulo 13:47
Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;
Mateo Capítulo 13:48
y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.
Mateo Capítulo 13:49
Asíserá al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos,
Mateo Capítulo 13:50
y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Mateo Capítulo 13:51
Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor.
Mateo Capítulo 13:52
El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.
Mateo Capítulo 13:53
Aconteció que cuando terminó Jesús estas parábolas, se fue de allí.
Mateo Capítulo 13:54
Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros?
Mateo Capítulo 13:55
¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas?
Mateo Capítulo 13:56
¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?
Mateo Capítulo 13:57
Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa.
Mateo Capítulo 13:58
Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.
Lucas Capítulo 14:25
Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo:
Lucas Capítulo 14:26
Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
Lucas Capítulo 14:27
Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.
Lucas Capítulo 14:28
Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?
Lucas Capítulo 14:29
No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él,
Lucas Capítulo 14:30
diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.
Lucas Capítulo 14:31
¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil?
Lucas Capítulo 14:32
Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz.
Lucas Capítulo 14:33
Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Efesios Capítulo 4:29
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
1 Timoteo Capítulo 4:1
Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;
2 Timoteo Capítulo 1:6
Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.
2 Timoteo Capítulo 3:1
También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.
2 Timoteo Capítulo 3:2
Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,
2 Timoteo Capítulo 3:3
sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,
2 Timoteo Capítulo 3:4
traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,
2 Timoteo Capítulo 3:5
que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.
2 Timoteo Capítulo 3:6
Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias.
2 Timoteo Capítulo 3:7
Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad.
2 Timoteo Capítulo 3:8
Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.
2 Timoteo Capítulo 3:9
Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos.
2 Timoteo Capítulo 3:10
Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia,
2 Timoteo Capítulo 3:11
persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor.
2 Timoteo Capítulo 3:12
Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución;
2 Timoteo Capítulo 3:13
mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.
2 Timoteo Capítulo 3:14
Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido;
2 Timoteo Capítulo 3:15
y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
2 Timoteo Capítulo 3:16
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,
2 Timoteo Capítulo 3:17
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Hebreos Capítulo 10:25
no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Santiago Capítulo 1:4
Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
1 Pedro Capítulo 2:2
desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,
1 Juan Capítulo 2:15
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Apocalipsis Capítulo 2:1
Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:
Apocalipsis Capítulo 2:2
Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;
Apocalipsis Capítulo 2:3
y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
Apocalipsis Capítulo 2:4
Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
Apocalipsis Capítulo 2:5
Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
Apocalipsis Capítulo 2:6
Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.
Apocalipsis Capítulo 2:7
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
Apocalipsis Capítulo 2:8
Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto:
Apocalipsis Capítulo 2:9
Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.
Apocalipsis Capítulo 2:10
No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
Apocalipsis Capítulo 2:11
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.
Apocalipsis Capítulo 2:12
Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto:
Apocalipsis Capítulo 2:13
Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.
Apocalipsis Capítulo 2:14
Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación.
Apocalipsis Capítulo 2:15
Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco.
Apocalipsis Capítulo 2:16
Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.
Apocalipsis Capítulo 2:17
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.
Apocalipsis Capítulo 2:18
Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto:
Apocalipsis Capítulo 2:19
Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras.
Apocalipsis Capítulo 2:20
Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.
Apocalipsis Capítulo 2:21
Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación.
Apocalipsis Capítulo 2:22
He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella.
Apocalipsis Capítulo 3:1
Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.
Apocalipsis Capítulo 3:2
Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.
Apocalipsis Capítulo 3:3
Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.
Apocalipsis Capítulo 3:4
Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.
Apocalipsis Capítulo 3:5
El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.
Apocalipsis Capítulo 3:6
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Apocalipsis Capítulo 3:7
Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:
Apocalipsis Capítulo 3:8
Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.
Apocalipsis Capítulo 3:9
He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado.
Apocalipsis Capítulo 3:10
Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
Apocalipsis Capítulo 3:11
He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
Apocalipsis Capítulo 3:12
Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.
Apocalipsis Capítulo 3:13
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Apocalipsis Capítulo 3:14
Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:
Apocalipsis Capítulo 3:15
Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!
Apocalipsis Capítulo 3:16
Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
Apocalipsis Capítulo 3:17
Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Apocalipsis Capítulo 3:18
Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.
Apocalipsis Capítulo 3:19
Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.
Apocalipsis Capítulo 3:20
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Apocalipsis Capítulo 3:21
Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
Apocalipsis Capítulo 3:22
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.