discurso
Salmos Capítulo 19:14
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.
Salmos Capítulo 37:30
La boca del justo habla sabiduría, Y su lengua habla justicia.
Salmos Capítulo 37:31
La ley de su Dios está en su corazón; Por tanto, sus pies no resbalarán.
Salmos Capítulo 49:3
Mi boca hablará sabiduría, Y el pensamiento de mi corazón inteligencia.
Salmos Capítulo 141:3
Pon guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios.
Proverbios Capítulo 8:13
El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco.
Proverbios Capítulo 15:1
La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor.
Proverbios Capítulo 15:4
La lengua apacible es árbol de vida; Mas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu.
Proverbios Capítulo 16:24
Panal de miel son los dichos suaves; Suavidad al alma y medicina para los huesos.
Proverbios Capítulo 18:13
Al que responde palabra antes de oír, Le es fatuidad y oprobio.
Proverbios Capítulo 18:21
La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos.
Proverbios Capítulo 21:23
El que guarda su boca y su lengua, Su alma guarda de angustias.
Mateo Capítulo 15:11
No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
Efesios Capítulo 4:15
sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
Efesios Capítulo 4:29
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
Santiago Capítulo 1:19
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;
Santiago Capítulo 3:2
Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
Santiago Capítulo 3:3
He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo.
Santiago Capítulo 3:4
Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere.
Santiago Capítulo 3:5
Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
Santiago Capítulo 3:6
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
Santiago Capítulo 3:7
Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana;
Santiago Capítulo 3:8
pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.
Santiago Capítulo 3:9
Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.
Santiago Capítulo 3:10
De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.