suavizando el corazón
Génesis Capítulo 6:5
Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
Éxodo Capítulo 7:3
Y yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y mis maravillas.
1 Samuel Capítulo 6:6
¿Por qué endurecéis vuestro corazón, como los egipcios y Faraón endurecieron su corazón? Después que los había tratado así, ¿no los dejaron ir, y se fueron?
Salmos Capítulo 51:10
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
Jeremías Capítulo 17:9
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
Jeremías Capítulo 24:7
Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón.
Ezequiel Capítulo 11:19
Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne,
Ezequiel Capítulo 36:26
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Mateo Capítulo 15:19
Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
Lucas Capítulo 15:7
Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
Juan Capítulo 12:39
Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías:
Juan Capítulo 12:40
Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan y yo los sane.
Romanos Capítulo 9:18
De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.
Hebreos Capítulo 4:12
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.