misterios
Deuteronomio Capítulo 29:29
Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.
Salmos Capítulo 44:21
¿No demandaría Dios esto? Porque él conoce los secretos del corazón.
Proverbios Capítulo 25:2
Gloria de Dios es encubrir un asunto; Pero honra del rey es escudriñarlo.
Proverbios Capítulo 25:9
Trata tu causa con tu compañero, Y no descubras el secreto a otro,
Eclesiastés Capítulo 12:14
Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.
Jeremías Capítulo 33:3
Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.
Mateo Capítulo 18:15
Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.
Marcos Capítulo 4:22
Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz.
Lucas Capítulo 8:17
Porque nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz.
Lucas Capítulo 12:3
Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas.
Romanos Capítulo 2:16
en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.
1 Corintios Capítulo 4:5
Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.
Hebreos Capítulo 4:12
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Hebreos Capítulo 4:13
Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.