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Algunos temas bíblicos

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S ... / ser un buen padre

ser un buen padre

Deuteronomio Capítulo 6:5

Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.

Deuteronomio Capítulo 6:6

Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;

Deuteronomio Capítulo 6:7

y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.

Salmos Capítulo 1:1

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;

Salmos Capítulo 1:2

Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.

Salmos Capítulo 1:3

Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.

Salmos Capítulo 1:4

No así los malos, Que son como el tamo que arrebata el viento.

Salmos Capítulo 1:5

Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos.

Salmos Capítulo 1:6

Porque Jehová conoce el camino de los justos; Mas la senda de los malos perecerá.

Salmos Capítulo 127:3

He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre.

Salmos Capítulo 127:4

Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud.

Salmos Capítulo 127:5

Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; No será avergonzado Cuando hablare con los enemigos en la puerta.

Proverbios Capítulo 22:6

Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.

Isaías Capítulo 1:1

Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá.

Isaías Capítulo 1:2

Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.

Isaías Capítulo 1:3

El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento.

Isaías Capítulo 1:4

¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás.

Isaías Capítulo 1:5

¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente.

Isaías Capítulo 1:6

Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.

Isaías Capítulo 1:7

Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños.

Isaías Capítulo 1:8

Y queda la hija de Sion como enramada en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada.

Isaías Capítulo 1:9

Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra.

Isaías Capítulo 1:10

Príncipes de Sodoma, oíd la palabra de Jehová; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.

Isaías Capítulo 1:11

¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.

Isaías Capítulo 1:12

¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios?

Isaías Capítulo 1:13

No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes.

Isaías Capítulo 1:14

Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas.

Isaías Capítulo 1:15

Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.

Isaías Capítulo 1:16

Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo;

Isaías Capítulo 1:17

aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.

Isaías Capítulo 1:18

Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

Isaías Capítulo 1:19

Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra;

Isaías Capítulo 1:20

si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.

Isaías Capítulo 1:21

¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella habitó la equidad; pero ahora, los homicidas.

Isaías Capítulo 1:22

Tu plata se ha convertido en escorias, tu vino está mezclado con agua.

Isaías Capítulo 1:23

Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no hacen justicia al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.

Isaías Capítulo 1:24

Por tanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios;

Isaías Capítulo 1:25

y volveré mi mano contra ti, y limpiaré hasta lo más puro tus escorias, y quitaré toda tu impureza.

Isaías Capítulo 1:26

Restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes; entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel.

Isaías Capítulo 1:27

Sion será rescatada con juicio, y los convertidos de ella con justicia.

Isaías Capítulo 1:28

Pero los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados, y los que dejan a Jehová serán consumidos.

Isaías Capítulo 1:29

Entonces os avergonzarán las encinas que amasteis, y os afrentarán los huertos que escogisteis.

Isaías Capítulo 1:30

Porque seréis como encina a la que se le cae la hoja, y como huerto al que le faltan las aguas.

Isaías Capítulo 1:31

Y el fuerte será como estopa, y lo que hizo como centella; y ambos serán encendidos juntamente, y no habrá quien apague.

Mateo Capítulo 7:12

Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

Juan Capítulo 3:12

Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?

Juan Capítulo 3:13

Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.

Juan Capítulo 3:14

Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,

Juan Capítulo 3:15

para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Juan Capítulo 3:16

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Juan Capítulo 3:17

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

Juan Capítulo 3:18

El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

Juan Capítulo 3:19

Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

Juan Capítulo 3:20

Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.

Juan Capítulo 14:1

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

Juan Capítulo 14:2

En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

Juan Capítulo 14:3

Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

Juan Capítulo 14:4

Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.

Juan Capítulo 14:5

Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?

Juan Capítulo 14:6

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Juan Capítulo 14:7

Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.

Juan Capítulo 14:8

Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.

Juan Capítulo 14:9

Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?

Juan Capítulo 14:10

¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.

Juan Capítulo 14:11

Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.

Juan Capítulo 14:12

De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.

Juan Capítulo 14:13

Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

Juan Capítulo 14:14

Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

Juan Capítulo 14:15

Si me amáis, guardad mis mandamientos.

Juan Capítulo 14:16

Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

Juan Capítulo 14:17

el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

Juan Capítulo 14:18

No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.

Juan Capítulo 14:19

Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.

Juan Capítulo 14:20

En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.

Juan Capítulo 14:21

El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.

Juan Capítulo 14:22

Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?

Juan Capítulo 14:23

Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

Juan Capítulo 14:24

El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.

Juan Capítulo 14:25

Os he dicho estas cosas estando con vosotros.

Juan Capítulo 14:26

Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

Juan Capítulo 14:27

La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

Juan Capítulo 14:28

Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo.

Juan Capítulo 14:29

Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis.

Juan Capítulo 14:30

No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.

Juan Capítulo 14:31

Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí.

Efesios Capítulo 6:1

Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.

Efesios Capítulo 6:2

Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;

Efesios Capítulo 6:3

para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.

Efesios Capítulo 6:4

Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.

Filipenses Capítulo 2:4

no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.

Colosenses Capítulo 3:21

Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.

Hebreos Capítulo 12:5

y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él;

Hebreos Capítulo 12:6

Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.

Hebreos Capítulo 12:7

Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?

Hebreos Capítulo 12:8

Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.

Hebreos Capítulo 12:9

Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?

Hebreos Capítulo 12:10

Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.

Hebreos Capítulo 12:11

Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.