Algunos temas bÃblicos
almohada
Génesis CapÃtulo 28:11
Y llegó a un cierto lugar, y durmió allÃ, porque ya el sol se habÃa puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar.
Génesis CapÃtulo 28:18
Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que habÃa puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella.
Josué CapÃtulo 1:9
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
Josué CapÃtulo 19:1
La segunda suerte tocó a Simeón, para la tribu de los hijos de Simeón conforme a sus familias; y su heredad fue en medio de la heredad de los hijos de Judá.
Josué CapÃtulo 19:2
Y tuvieron en su heredad a Beerseba, Seba, Molada,
Josué CapÃtulo 19:3
Hazar-sual, Bala, Ezem,
Josué CapÃtulo 19:4
Eltolad, Betul, Horma,
Josué CapÃtulo 19:5
Siclag, Bet-marcabot, Hazar-susa,
Josué CapÃtulo 19:6
Bet-lebaot y Saruhén; trece ciudades con sus aldeas;
Josué CapÃtulo 19:7
AÃn, Rimón, Eter y Asán; cuatro ciudades con sus aldeas;
Josué CapÃtulo 19:8
y todas las aldeas que estaban alrededor de estas ciudades hasta Baalat-beer, que es Ramat del Neguev. Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Simeón conforme a sus familias.
Josué CapÃtulo 19:9
De la suerte de los hijos de Judá fue sacada la heredad de los hijos de Simeón, por cuanto la parte de los hijos de Judá era excesiva para ellos; asà que los hijos de Simeón tuvieron su heredad en medio de la de Judá.
Josué CapÃtulo 19:10
La tercera suerte tocó a los hijos de Zabulón conforme a sus familias; y el territorio de su heredad fue hasta Sarid.
Josué CapÃtulo 19:11
Y su lÃmite sube hacia el occidente a Marala, y llega hasta Dabeset, y de allà hasta el arroyo que está delante de Jocneam;
Josué CapÃtulo 19:12
y gira de Sarid hacia el oriente, hacia donde nace el sol, hasta el lÃmite de Quislot-tabor, sale a Daberat, y sube a JafÃa.
Josué CapÃtulo 19:13
Pasando de allà hacia el lado oriental a Gat-hefer y a Ita- cazÃn, sale a Rimón rodeando a Nea.
Josué CapÃtulo 19:14
Luego, al norte, el lÃmite gira hacia Hanatón, viniendo a salir al valle de Jefte-el;
Josué CapÃtulo 19:15
y abarca Catat, Naalal, Simrón, Idala y Belén; doce ciudades con sus aldeas.
Josué CapÃtulo 19:16
Esta es la heredad de los hijos de Zabulón conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
Josué CapÃtulo 19:17
La cuarta suerte correspondió a Isacar, a los hijos de Isacar conforme a sus familias.
Josué CapÃtulo 19:18
Y fue su territorio Jezreel, Quesulot, Sunem,
Josué CapÃtulo 19:19
Hafaraim, Sihón, Anaharat,
Josué CapÃtulo 19:20
Rabit, Quisión, Abez,
Josué CapÃtulo 19:21
Remet, En-ganim, En-hada y Bet-pases.
Josué CapÃtulo 19:22
Y llega este lÃmite hasta Tabor, Sahazima y Bet-semes, y termina en el Jordán; dieciséis ciudades con sus aldeas.
Josué CapÃtulo 19:23
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Isacar conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
Josué CapÃtulo 19:24
La quinta suerte correspondió a la tribu de los hijos de Aser conforme a sus familias.
Josué CapÃtulo 19:25
Y su territorio abarcó Helcat, HalÃ, Betén, Acsaf,
Josué CapÃtulo 19:26
Alamelec, Amad y Miseal; y llega hasta Carmelo al occidente, y a Sihorlibnat.
Josué CapÃtulo 19:27
Después da vuelta hacia el oriente a Bet-dagón y llega a Zabulón, al valle de Jefte-el al norte, a Bet-emec y a Neiel, y sale a Cabul al norte.
Josué CapÃtulo 19:28
Y abarca a Hebrón, Rehob, Hamón y Caná, hasta la gran Sidón.
Josué CapÃtulo 19:29
De allà este lÃmite tuerce hacia Ramá, y hasta la ciudad fortificada de Tiro, y gira hacia Hosa, y sale al mar desde el territorio de Aczib.
Josué CapÃtulo 19:30
Abarca también Uma, Afec y Rehob; veintidós ciudades con sus aldeas.
Josué CapÃtulo 19:31
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Aser conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
Josué CapÃtulo 19:32
La sexta suerte correspondió a los hijos de Neftalà conforme a sus familias.
Josué CapÃtulo 19:33
Y abarcó su territorio desde Helef, Alón-saananim, Adami- neceb y Jabneel, hasta Lacum, y sale al Jordán.
Josué CapÃtulo 19:34
Y giraba el lÃmite hacia el occidente a Aznot-tabor, y de allà pasaba a Hucoc, y llegaba hasta Zabulón al sur, y al occidente confinaba con Aser, y con Judá por el Jordán hacia donde nace el sol.
Josué CapÃtulo 19:35
Y las ciudades fortificadas son Sidim, Zer, Hamat, Racat, Cineret,
Josué CapÃtulo 19:36
Adama, Ramá, Hazor,
Josué CapÃtulo 19:37
Cedes, Edrei, En-hazor,
Josué CapÃtulo 19:38
Irón, Migdal-el, Horem, Bet-anat y Bet-semes; diecinueve ciudades con sus aldeas.
Josué CapÃtulo 19:39
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Neftalà conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
Josué CapÃtulo 19:40
La séptima suerte correspondió a la tribu de los hijos de Dan conforme a sus familias.
Josué CapÃtulo 19:41
Y fue el territorio de su heredad, Zora, Estaol, Ir-semes,
Josué CapÃtulo 19:42
SaalabÃn, Ajalón, Jetla,
Josué CapÃtulo 19:43
Elón, Timnat, Ecrón,
Josué CapÃtulo 19:44
Elteque, Gibetón, Baalat,
Josué CapÃtulo 19:45
Jehúd, Bene-berac, Gat-rimón,
Josué CapÃtulo 19:46
Mejarcón y Racón, con el territorio que está delante de Jope.
Josué CapÃtulo 19:47
Y les faltó territorio a los hijos de Dan; y subieron los hijos de Dan y combatieron a Lesem, y tomándola la hirieron a filo de espada, y tomaron posesión de ella y habitaron en ella; y llamaron a Lesem, Dan, del nombre de Dan su padre.
Josué CapÃtulo 19:48
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Dan conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
Josué CapÃtulo 19:49
Y después que acabaron de repartir la tierra en heredad por sus territorios, dieron los hijos de Israel heredad a Josué hijo de Nun en medio de ellos;
Josué CapÃtulo 19:50
según la palabra de Jehová, le dieron la ciudad que él pidió, Timnat-sera, en el monte de EfraÃn; y él reedificó la ciudad y habitó en ella.
Josué CapÃtulo 19:51
Estas son las heredades que el sacerdote Eleazar, y Josué hijo de Nun, y los cabezas de los padres, entregaron por suerte en posesión a las tribus de los hijos de Israel en Silo, delante de Jehová, a la entrada del tabernáculo de reunión; y acabaron de repartir la tierra.
Josué CapÃtulo 24:15
Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del rÃo, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
1 Samuel CapÃtulo 19:13
Tomó luego Mical una estatua, y la puso sobre la cama, y le acomodó por cabecera una almohada de pelo de cabra y la cubrió con la ropa.
1 Samuel CapÃtulo 19:16
Y cuando los mensajeros entraron, he aquà la estatua estaba en la cama, y una almohada de pelo de cabra a su cabecera.
Salmos CapÃtulo 23:1
Jehová es mi pastor; nada me faltará.
Salmos CapÃtulo 23:2
En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Salmos CapÃtulo 23:3
Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Salmos CapÃtulo 23:4
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Salmos CapÃtulo 23:5
Aderezas mesa delante de mà en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Salmos CapÃtulo 23:6
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los dÃas de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos dÃas.
Salmos CapÃtulo 30:5
Porque un momento será su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, Y a la mañana vendrá la alegrÃa.
Salmos CapÃtulo 46:10
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.
Salmos CapÃtulo 62:1
En Dios solamente está acallada mi alma; De él viene mi salvación.
Salmos CapÃtulo 62:2
El solamente es mi roca y mi salvación; Es mi refugio, no resbalaré mucho.
Salmos CapÃtulo 62:3
¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre, Tratando todos vosotros de aplastarle Como pared desplomada y como cerca derribada?
Salmos CapÃtulo 62:4
Solamente consultan para arrojarle de su grandeza. Aman la mentira; Con su boca bendicen, pero maldicen en su corazón. Selah
Salmos CapÃtulo 62:5
Alma mÃa, en Dios solamente reposa, Porque de él es mi esperanza.
Salmos CapÃtulo 62:6
El solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré.
Salmos CapÃtulo 62:7
En Dios está mi salvación y mi gloria; En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.
Salmos CapÃtulo 62:8
Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio. Selah
Salmos CapÃtulo 62:9
Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón; Pesándolos a todos igualmente en la balanza, Serán menos que nada.
Salmos CapÃtulo 62:10
No confiéis en la violencia, Ni en la rapiña; no os envanezcáis; Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas.
Salmos CapÃtulo 62:11
Una vez habló Dios; Dos veces he oÃdo esto: Que de Dios es el poder,
Salmos CapÃtulo 62:12
Y tuya, oh Señor, es la misericordia;
Salmos CapÃtulo 91:1
El que habita al abrigo del AltÃsimo Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Salmos CapÃtulo 91:2
Diré yo a Jehová: Esperanza mÃa, y castillo mÃo; Mi Dios, en quien confiaré.
Salmos CapÃtulo 91:3
El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora.
Salmos CapÃtulo 91:4
Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad.
Salmos CapÃtulo 91:5
No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de dÃa,
Salmos CapÃtulo 91:6
Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del dÃa destruya.
Salmos CapÃtulo 91:7
Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará.
Salmos CapÃtulo 91:8
Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impÃos.
Salmos CapÃtulo 91:9
Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al AltÃsimo por tu habitación,
Salmos CapÃtulo 91:10
No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.
Salmos CapÃtulo 91:11
Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos.
Salmos CapÃtulo 91:12
En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra.
Salmos CapÃtulo 91:13
Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón.
Salmos CapÃtulo 91:14
Por cuanto en mà ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
Salmos CapÃtulo 91:15
Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré.
Salmos CapÃtulo 91:16
Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.
Salmos CapÃtulo 118:24
Este es el dÃa que hizo Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él.
Eclesiastés CapÃtulo 3:1
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
IsaÃas CapÃtulo 26:3
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
IsaÃas CapÃtulo 41:10
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Ezequiel CapÃtulo 13:18
y di: Asà ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de aquellas que cosen vendas mágicas para todas las manos, y hacen velos mágicos para la cabeza de toda edad, para cazar las almas! ¿Habéis de cazar las almas de mi pueblo, para mantener asà vuestra propia vida?
Ezequiel CapÃtulo 13:20
Por tanto, asà ha dicho Jehová el Señor: He aquà yo estoy contra vuestras vendas mágicas, con que cazáis las almas al vuelo; yo las libraré de vuestras manos, y soltaré para que vuelen como aves las almas que vosotras cazáis volando.
Mateo CapÃtulo 6:26
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Mateo CapÃtulo 11:28
Venid a mà todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Mateo CapÃtulo 11:29
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mÃ, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
Mateo CapÃtulo 17:20
Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquà allá, y se pasará; y nada os será imposible.
Mateo CapÃtulo 28:6
No está aquÃ, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.
Marcos CapÃtulo 4:38
Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?
Lucas CapÃtulo 1:37
porque nada hay imposible para Dios.
Juan CapÃtulo 3:16
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Hechos CapÃtulo 2:1
Cuando llegó el dÃa de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.
Hechos CapÃtulo 2:2
Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;
Hechos CapÃtulo 2:3
y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.
Hechos CapÃtulo 2:4
Y fueron todos llenos del EspÃritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el EspÃritu les daba que hablasen.
Hechos CapÃtulo 2:5
Moraban entonces en Jerusalén judÃos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo.
Hechos CapÃtulo 2:6
Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oÃa hablar en su propia lengua.
Hechos CapÃtulo 2:7
Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan?
Hechos CapÃtulo 2:8
¿Cómo, pues, les oÃmos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?
Hechos CapÃtulo 2:9
Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia,
Hechos CapÃtulo 2:10
en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de Africa más allá de Cirene, y romanos aquà residentes, tanto judÃos como prosélitos,
Hechos CapÃtulo 2:11
cretenses y árabes, les oÃmos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
Hechos CapÃtulo 2:12
Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto?
Hechos CapÃtulo 2:13
Mas otros, burlándose, decÃan: Están llenos de mosto.
Hechos CapÃtulo 2:14
Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judÃos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oÃd mis palabras.
Hechos CapÃtulo 2:15
Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del dÃa.
Hechos CapÃtulo 2:16
Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:
Hechos CapÃtulo 2:17
Y en los postreros dÃas, dice Dios, Derramaré de mi EspÃritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños;
Hechos CapÃtulo 2:18
Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos dÃas Derramaré de mi EspÃritu, y profetizarán.
Hechos CapÃtulo 2:19
Y daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego y vapor de humo;
Hechos CapÃtulo 2:20
El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el dÃa del Señor, Grande y manifiesto;
Hechos CapÃtulo 2:21
Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
Hechos CapÃtulo 2:22
Varones israelitas, oÃd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis;
Hechos CapÃtulo 2:23
a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole;
Hechos CapÃtulo 2:24
al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.
Hechos CapÃtulo 2:25
Porque David dice de él: VeÃa al Señor siempre delante de mÃ; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.
Hechos CapÃtulo 2:26
Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, Y aun mi carne descansará en esperanza;
Hechos CapÃtulo 2:27
Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.
Hechos CapÃtulo 2:28
Me hiciste conocer los caminos de la vida; Me llenarás de gozo con tu presencia.
Hechos CapÃtulo 2:29
Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el dÃa de hoy.
Hechos CapÃtulo 2:30
Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le habÃa jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantarÃa al Cristo para que se sentase en su trono,
Hechos CapÃtulo 2:31
viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción.
Hechos CapÃtulo 2:32
A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Hechos CapÃtulo 2:33
Asà que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del EspÃritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oÃs.
Hechos CapÃtulo 2:34
Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra,
Hechos CapÃtulo 2:35
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
Hechos CapÃtulo 2:36
Sepa, pues, ciertÃsimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.
Hechos CapÃtulo 2:37
Al oÃr esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
Hechos CapÃtulo 2:38
Pedro les dijo: ArrepentÃos, y bautÃcese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del EspÃritu Santo.
Hechos CapÃtulo 2:39
Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
Hechos CapÃtulo 2:40
Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.
Hechos CapÃtulo 2:41
Asà que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel dÃa como tres mil personas.
Hechos CapÃtulo 2:42
Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
Hechos CapÃtulo 2:43
Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.
Hechos CapÃtulo 2:44
Todos los que habÃan creÃdo estaban juntos, y tenÃan en común todas las cosas;
Hechos CapÃtulo 2:45
y vendÃan sus propiedades y sus bienes, y lo repartÃan a todos según la necesidad de cada uno.
Hechos CapÃtulo 2:46
Y perseverando unánimes cada dÃa en el templo, y partiendo el pan en las casas, comÃan juntos con alegrÃa y sencillez de corazón,
Hechos CapÃtulo 2:47
alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadÃa cada dÃa a la iglesia los que habÃan de ser salvos.
Romanos CapÃtulo 12:12
gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;
1 Corintios CapÃtulo 13:1
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o cÃmbalo que retiñe.
1 Corintios CapÃtulo 13:2
Y si tuviese profecÃa, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
1 Corintios CapÃtulo 13:3
Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
1 Corintios CapÃtulo 13:4
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
1 Corintios CapÃtulo 13:5
no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
1 Corintios CapÃtulo 13:6
no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
1 Corintios CapÃtulo 13:7
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
1 Corintios CapÃtulo 13:8
El amor nunca deja de ser; pero las profecÃas se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
1 Corintios CapÃtulo 13:9
Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;
1 Corintios CapÃtulo 13:10
mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.
1 Corintios CapÃtulo 13:11
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.
1 Corintios CapÃtulo 13:12
Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
1 Corintios CapÃtulo 13:13
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
Filipenses CapÃtulo 4:8
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Filipenses CapÃtulo 4:13
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
2 Timoteo CapÃtulo 1:7
Porque no nos ha dado Dios espÃritu de cobardÃa, sino de poder, de amor y de dominio propio.
1 Juan CapÃtulo 4:12
Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.
Apocalipsis CapÃtulo 1:1
La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,