fariseos
Mateo Capítulo 5:20
Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Mateo Capítulo 7:21
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Mateo Capítulo 7:22
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Mateo Capítulo 7:23
Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
Mateo Capítulo 21:31
¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.
Mateo Capítulo 21:32
Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.
Mateo Capítulo 23:1
Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo:
Mateo Capítulo 23:2
En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos.
Mateo Capítulo 23:3
Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.
Mateo Capítulo 23:4
Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.
Mateo Capítulo 23:5
Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos;
Mateo Capítulo 23:6
y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas,
Mateo Capítulo 23:7
y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí.
Mateo Capítulo 23:8
Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.
Mateo Capítulo 23:9
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.
Mateo Capítulo 23:10
Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.
Mateo Capítulo 23:11
El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo.
Mateo Capítulo 23:12
Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Mateo Capítulo 23:13
Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.
Mateo Capítulo 23:14
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación.
Mateo Capítulo 23:15
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.
Mateo Capítulo 23:16
¡Ay de vosotros, guías ciegos! que decís: Si alguno jura por el templo, no es nada; pero si alguno jura por el oro del templo, es deudor.
Mateo Capítulo 23:17
¡Insensatos y ciegos! porque ¿cuál es mayor, el oro, o el templo que santifica al oro?
Mateo Capítulo 23:18
También decís: Si alguno jura por el altar, no es nada; pero si alguno jura por la ofrenda que está sobre él, es deudor.
Mateo Capítulo 23:19
¡Necios y ciegos! porque ¿cuál es mayor, la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda?
Mateo Capítulo 23:20
Pues el que jura por el altar, jura por él, y por todo lo que está sobre él;
Mateo Capítulo 23:21
y el que jura por el templo, jura por él, y por el que lo habita;
Mateo Capítulo 23:22
y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios, y por aquel que está sentado en él.
Mateo Capítulo 23:23
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.
Mateo Capítulo 23:24
¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello!
Mateo Capítulo 23:25
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia.
Mateo Capítulo 23:26
¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.
Mateo Capítulo 23:27
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
Mateo Capítulo 23:28
Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
Mateo Capítulo 23:29
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos,
Mateo Capítulo 23:30
y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas.
Mateo Capítulo 23:31
Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas.
Mateo Capítulo 23:32
¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres!
Mateo Capítulo 23:33
¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?
Mateo Capítulo 23:34
Por tanto, he aquí yo os envío profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad;
Mateo Capítulo 23:35
para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar.
Mateo Capítulo 23:36
De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación.
Mateo Capítulo 23:37
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!
Mateo Capítulo 23:38
He aquí vuestra casa os es dejada desierta.
Mateo Capítulo 23:39
Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Marcos Capítulo 10:2
Y se acercaron los fariseos y le preguntaron, para tentarle, si era lícito al marido repudiar a su mujer.
Marcos Capítulo 10:3
El, respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés?
Marcos Capítulo 10:4
Ellos dijeron: Moisés permitió dar carta de divorcio, y repudiarla.
Marcos Capítulo 10:5
Y respondiendo Jesús, les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento;
Marcos Capítulo 10:6
pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios.
Marcos Capítulo 10:7
Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer,
Marcos Capítulo 10:8
y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno.
Marcos Capítulo 10:9
Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.
Marcos Capítulo 10:10
En casa volvieron los discípulos a preguntarle de lo mismo,
Marcos Capítulo 10:11
y les dijo: Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella;
Marcos Capítulo 10:12
y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.
Lucas Capítulo 7:36
Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.
Lucas Capítulo 7:37
Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;
Lucas Capítulo 7:38
y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.
Lucas Capítulo 7:39
Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.
Lucas Capítulo 7:40
Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro.
Lucas Capítulo 7:41
Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta;
Lucas Capítulo 7:42
y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más?
Lucas Capítulo 7:43
Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado.
Lucas Capítulo 7:44
Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos.
Lucas Capítulo 7:45
No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.
Lucas Capítulo 7:46
No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies.
Lucas Capítulo 7:47
Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.
Lucas Capítulo 7:48
Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.
Lucas Capítulo 7:49
Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados?
Lucas Capítulo 7:50
Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vé en paz.
Lucas Capítulo 16:19
Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.
Lucas Capítulo 16:20
Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas,
Lucas Capítulo 16:21
y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.
Lucas Capítulo 16:22
Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.
Lucas Capítulo 16:23
Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
Lucas Capítulo 16:24
Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
Lucas Capítulo 16:25
Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.
Lucas Capítulo 16:26
Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.
Lucas Capítulo 16:27
Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre,
Lucas Capítulo 16:28
porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.
Lucas Capítulo 16:29
Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.
Lucas Capítulo 16:30
El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.
Lucas Capítulo 16:31
Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.
Lucas Capítulo 18:9
A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola:
Lucas Capítulo 18:10
Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.
Lucas Capítulo 18:11
El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
Lucas Capítulo 18:12
ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Lucas Capítulo 18:13
Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
Lucas Capítulo 18:14
Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.
Lucas Capítulo 20:46
Guardaos de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas;
Lucas Capítulo 20:47
que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones; éstos recibirán mayor condenación.
Juan Capítulo 9:1
Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.
Juan Capítulo 9:2
Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?
Juan Capítulo 9:3
Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.
Juan Capítulo 9:4
Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.
Juan Capítulo 9:5
Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.
Juan Capítulo 9:6
Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego,
Juan Capítulo 9:7
y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.
Juan Capítulo 9:8
Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto que era ciego, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba?
Juan Capítulo 9:9
Unos decían: El es; y otros: A él se parece. El decía: Yo soy.
Juan Capítulo 9:10
Y le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos?
Juan Capítulo 9:11
Respondió él y dijo: Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista.
Juan Capítulo 9:12
Entonces le dijeron: ¿Dónde está él? El dijo: No sé.
Juan Capítulo 9:13
Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego.
Juan Capítulo 9:14
Y era día de reposo cuando Jesús había hecho el lodo, y le había abierto los ojos.
Juan Capítulo 9:15
Volvieron, pues, a preguntarle también los fariseos cómo había recibido la vista. El les dijo: Me puso lodo sobre los ojos, y me lavé, y veo.
Juan Capítulo 9:16
Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos.
Juan Capítulo 9:17
Entonces volvieron a decirle al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta.
Juan Capítulo 9:18
Pero los judíos no creían que él había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista,
Juan Capítulo 9:19
y les preguntaron, diciendo: ¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora?
Juan Capítulo 9:20
Sus padres respondieron y les dijeron: Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego;
Juan Capítulo 9:21
pero cómo vea ahora, no lo sabemos; o quién le haya abierto los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a él; él hablará por sí mismo.
Juan Capítulo 9:22
Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga.
Juan Capítulo 9:23
Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él.
Juan Capítulo 9:24
Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador.
Juan Capítulo 9:25
Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.
Juan Capítulo 9:26
Le volvieron a decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?
Juan Capítulo 9:27
El les respondió: Ya os lo he dicho, y no habéis querido oir; ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos?
Juan Capítulo 9:28
Y le injuriaron, y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros, discípulos de Moisés somos.
Juan Capítulo 9:29
Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés; pero respecto a ése, no sabemos de dónde sea.
Juan Capítulo 9:30
Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos.
Juan Capítulo 9:31
Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye.
Juan Capítulo 9:32
Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego.
Juan Capítulo 9:33
Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer.
Juan Capítulo 9:34
Respondieron y le dijeron: Tú naciste del todo en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron.
Juan Capítulo 9:35
Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios?
Juan Capítulo 9:36
Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él?
Juan Capítulo 9:37
Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es.
Juan Capítulo 9:38
Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.
Juan Capítulo 9:39
Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.
Juan Capítulo 9:40
Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos?
Juan Capítulo 9:41
Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.
Romanos Capítulo 13:1
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
Romanos Capítulo 14:1
Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones.
Romanos Capítulo 14:2
Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres.
Romanos Capítulo 14:3
El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido.
Romanos Capítulo 14:4
¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.
Romanos Capítulo 14:5
Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.
Romanos Capítulo 14:6
El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios.
Romanos Capítulo 14:7
Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí.
Romanos Capítulo 14:8
Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.
Romanos Capítulo 14:9
Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.
Romanos Capítulo 14:10
Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.
Romanos Capítulo 14:11
Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios.
Romanos Capítulo 14:12
De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
Romanos Capítulo 14:13
Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.
Romanos Capítulo 14:14
Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es.
Romanos Capítulo 14:15
Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió.
Romanos Capítulo 14:16
No sea, pues, vituperado vuestro bien;
Romanos Capítulo 14:17
porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
Romanos Capítulo 14:18
Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres.
Romanos Capítulo 14:19
Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.
Romanos Capítulo 14:20
No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come.
Romanos Capítulo 14:21
Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite.
Romanos Capítulo 14:22
¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.
Romanos Capítulo 14:23
Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.