perfume
Éxodo Capítulo 30:25
Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento, según el arte del perfumador, será el aceite de la unción santa.
Éxodo Capítulo 30:26
Con él ungirás el tabernáculo de reunión, el arca del testimonio,
Éxodo Capítulo 30:27
la mesa con todos sus utensilios, el candelero con todos sus utensilios, el altar del incienso,
Éxodo Capítulo 30:28
el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la fuente y su base.
Éxodo Capítulo 30:29
Así los consagrarás, y serán cosas santísimas; todo lo que tocare en ellos, será santificado.
Éxodo Capítulo 30:30
Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes.
Éxodo Capítulo 30:33
Cualquiera que compusiere ungüento semejante, y que pusiere de él sobre extraño, será cortado de entre su pueblo.
Éxodo Capítulo 30:34
Dijo además Jehová a Moisés: Toma especias aromáticas, estacte y uña aromática y gálbano aromático e incienso puro; de todo en igual peso,
Éxodo Capítulo 30:35
y harás de ello el incienso, un perfume según el arte del perfumador, bien mezclado, puro y santo.
Éxodo Capítulo 30:36
Y molerás parte de él en polvo fino, y lo pondrás delante del testimonio en el tabernáculo de reunión, donde yo me mostraré a ti. Os será cosa santísima.
Éxodo Capítulo 30:37
Como este incienso que harás, no os haréis otro según su composición; te será cosa sagrada para Jehová.
Proverbios Capítulo 27:9
El ungüento y el perfume alegran el corazón, Y el cordial consejo del amigo, al hombre.
Eclesiastés Capítulo 7:1
Mejor es la buena fama que el buen ungüento; y mejor el día de la muerte que el día del nacimiento.
Mateo Capítulo 2:11
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
Marcos Capítulo 14:3
Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.
Lucas Capítulo 7:36
Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.
Lucas Capítulo 7:37
Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;
Lucas Capítulo 7:38
y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.
Lucas Capítulo 7:39
Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.
Lucas Capítulo 7:40
Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro.
Lucas Capítulo 7:41
Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta;
Lucas Capítulo 7:42
y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más?
Lucas Capítulo 7:43
Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado.
Lucas Capítulo 7:44
Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos.
Lucas Capítulo 7:45
No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.
Lucas Capítulo 7:46
No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies.
Lucas Capítulo 7:47
Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.
Lucas Capítulo 7:48
Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.
Lucas Capítulo 7:49
Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados?
Lucas Capítulo 7:50
Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vé en paz.
Juan Capítulo 11:1
Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana.
Juan Capítulo 11:2
(María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos.)
Juan Capítulo 11:3
Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.
Juan Capítulo 11:4
Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
Juan Capítulo 11:5
Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro.
Juan Capítulo 11:6
Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.
Juan Capítulo 11:7
Luego, después de esto, dijo a los discípulos: Vamos a Judea otra vez.
Juan Capítulo 11:8
Le dijeron los discípulos: Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá?
Juan Capítulo 11:9
Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo;
Juan Capítulo 11:10
pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él.
Juan Capítulo 11:11
Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle.
Juan Capítulo 11:12
Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará.
Juan Capítulo 11:13
Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño.
Juan Capítulo 11:14
Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto;
Juan Capítulo 11:15
y me alegro por vosotros, de no haber estado allí, para que creáis; mas vamos a él.
Juan Capítulo 11:16
Dijo entonces Tomás, llamado Dídimo, a sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con él.
Juan Capítulo 11:17
Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro.
Juan Capítulo 11:18
Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios;
Juan Capítulo 11:19
y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano.
Juan Capítulo 11:20
Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa.
Juan Capítulo 11:21
Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Juan Capítulo 11:22
Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.
Juan Capítulo 11:23
Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.
Juan Capítulo 11:24
Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.
Juan Capítulo 11:25
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Juan Capítulo 11:26
Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
Juan Capítulo 11:27
Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
Juan Capítulo 11:28
Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí y te llama.
Juan Capítulo 11:29
Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino a él.
Juan Capítulo 11:30
Jesús todavía no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le había encontrado.
Juan Capítulo 11:31
Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se había levantado de prisa y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí.
Juan Capítulo 11:32
María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.
Juan Capítulo 11:33
Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,
Juan Capítulo 11:34
y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.
Juan Capítulo 11:35
Jesús lloró.
Juan Capítulo 11:36
Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba.
Juan Capítulo 11:37
Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?
Juan Capítulo 11:38
Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.
Juan Capítulo 11:39
Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.
Juan Capítulo 11:40
Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?
Juan Capítulo 11:41
Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.
Juan Capítulo 11:42
Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
Juan Capítulo 11:43
Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!
Juan Capítulo 11:44
Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.
Juan Capítulo 11:45
Entonces muchos de los judíos que habían venido para acompañar a María, y vieron lo que hizo Jesús, creyeron en él.
Juan Capítulo 11:46
Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho.
Juan Capítulo 11:47
Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales.
Juan Capítulo 11:48
Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación.
Juan Capítulo 11:49
Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada;
Juan Capítulo 11:50
ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.
Juan Capítulo 11:51
Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;
Juan Capítulo 11:52
y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.
Juan Capítulo 11:53
Así que, desde aquel día acordaron matarle.
Juan Capítulo 11:54
Por tanto, Jesús ya no andaba abiertamente entre los judíos, sino que se alejó de allí a la región contigua al desierto, a una ciudad llamada Efraín; y se quedó allí con sus discípulos.
Juan Capítulo 11:55
Y estaba cerca la pascua de los judíos; y muchos subieron de aquella región a Jerusalén antes de la pascua, para purificarse.
Juan Capítulo 11:56
Y buscaban a Jesús, y estando ellos en el templo, se preguntaban unos a otros: ¿Qué os parece? ¿No vendrá a la fiesta?
Juan Capítulo 11:57
Y los principales sacerdotes y los fariseos habían dado orden de que si alguno supiese dónde estaba, lo manifestase, para que le prendiesen.
Juan Capítulo 12:1
Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos.
Juan Capítulo 12:2
Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él.
Juan Capítulo 12:3
Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.
Juan Capítulo 12:4
Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar:
Juan Capítulo 12:5
¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?
Juan Capítulo 12:6
Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.
Juan Capítulo 12:7
Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto.
Juan Capítulo 12:8
Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis.
Juan Capítulo 12:9
Gran multitud de los judíos supieron entonces que él estaba allí, y vinieron, no solamente por causa de Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien había resucitado de los muertos.
Juan Capítulo 12:10
Pero los principales sacerdotes acordaron dar muerte también a Lázaro,
Juan Capítulo 12:11
porque a causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús.
Juan Capítulo 12:12
El siguiente día, grandes multitudes que habían venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén,
Juan Capítulo 12:13
tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna!¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!
Juan Capítulo 12:14
Y halló Jesús un asnillo, y montó sobre él, como está escrito:
Juan Capítulo 12:15
No temas, hija de Sion; He aquí tu Rey viene, Montado sobre un pollino de asna.
Juan Capítulo 12:16
Estas cosas no las entendieron sus discípulos al principio; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él, y de que se las habían hecho.
Juan Capítulo 12:17
Y daba testimonio la gente que estaba con él cuando llamó a Lázaro del sepulcro, y le resucitó de los muertos.
Juan Capítulo 12:18
Por lo cual también había venido la gente a recibirle, porque había oído que él había hecho esta señal.
Juan Capítulo 12:19
Pero los fariseos dijeron entre sí: Ya veis que no conseguís nada. Mirad, el mundo se va tras él.
Juan Capítulo 12:20
Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta.
Juan Capítulo 12:21
Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, quisiéramos ver a Jesús.
Juan Capítulo 12:22
Felipe fue y se lo dijo a Andrés; entonces Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús.
Juan Capítulo 12:23
Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.
Juan Capítulo 12:24
De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
Juan Capítulo 12:25
El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
Juan Capítulo 12:26
Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
Juan Capítulo 12:27
Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.
Juan Capítulo 12:28
Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.
Juan Capítulo 12:29
Y la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado.
Juan Capítulo 12:30
Respondió Jesús y dijo: No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros.
Juan Capítulo 12:31
Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
Juan Capítulo 12:32
Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.
Juan Capítulo 12:33
Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir.
Juan Capítulo 12:34
Le respondió la gente: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre. ¿Cómo, pues, dices tú que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre?
Juan Capítulo 12:35
Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va.
Juan Capítulo 12:36
Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.
Juan Capítulo 12:37
Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él;
Juan Capítulo 12:38
para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor?
Juan Capítulo 12:39
Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías:
Juan Capítulo 12:40
Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan y yo los sane.
Juan Capítulo 12:41
Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él.
Juan Capítulo 12:42
Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.
Juan Capítulo 12:43
Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.
Juan Capítulo 12:44
Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió;
Juan Capítulo 12:45
y el que me ve, ve al que me envió.
Juan Capítulo 12:46
Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
Juan Capítulo 12:47
Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
Juan Capítulo 12:48
El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.
Juan Capítulo 12:49
Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.
Juan Capítulo 12:50
Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.
Romanos Capítulo 12:1
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
Romanos Capítulo 12:2
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Romanos Capítulo 12:3
Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
2 Corintios Capítulo 2:14
Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.
2 Corintios Capítulo 2:15
Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden;
2 Corintios Capítulo 2:16
a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?
2 Corintios Capítulo 2:17
Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.
Efesios Capítulo 5:1
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.
Efesios Capítulo 5:2
Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a símismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
Efesios Capítulo 5:3
Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos;
Efesios Capítulo 5:4
ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.
Efesios Capítulo 5:5
Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.
Efesios Capítulo 5:6
Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.
Efesios Capítulo 5:7
No seáis, pues, partícipes con ellos.
Efesios Capítulo 5:8
Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz
Efesios Capítulo 5:9
(porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad),
Efesios Capítulo 5:10
comprobando lo que es agradable al Señor.
Efesios Capítulo 5:11
Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas;
Efesios Capítulo 5:12
porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto.
Efesios Capítulo 5:13
Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo.
Efesios Capítulo 5:14
Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo.
Efesios Capítulo 5:15
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
Efesios Capítulo 5:16
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
Efesios Capítulo 5:17
Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
Efesios Capítulo 5:18
No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,
Efesios Capítulo 5:19
hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;
Efesios Capítulo 5:20
dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Efesios Capítulo 5:21
Someteos unos a otros en el temor de Dios.
Efesios Capítulo 5:22
Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;
Efesios Capítulo 5:23
porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
Efesios Capítulo 5:24
Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.
Efesios Capítulo 5:25
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
Efesios Capítulo 5:26
para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,
Efesios Capítulo 5:27
a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
Efesios Capítulo 5:28
Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
Efesios Capítulo 5:29
Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,
Efesios Capítulo 5:30
porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
Efesios Capítulo 5:31
Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
Efesios Capítulo 5:32
Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.
Efesios Capítulo 5:33
Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.