Optional sidebar menu
Social media
Contact information
Address

5th Avenue, New York - United States

Email

hello@webpixels.ro

Phone

+10 724 1234 567

 

Algunos temas bíblicos

A     B     C     D     E     F     G     H     I     J     K     L     M     N     O     P     Q     R     S     T     U     V     W     X     Y     Z    
I ... / ir de fiesta

ir de fiesta

Eclesiastés Capítulo 2:1

Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.

Eclesiastés Capítulo 2:2

A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto?

Eclesiastés Capítulo 2:3

Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida.

Eclesiastés Capítulo 2:4

Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas;

Eclesiastés Capítulo 2:5

me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto.

Eclesiastés Capítulo 2:6

Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles.

Eclesiastés Capítulo 2:7

Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve posesión grande de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén.

Eclesiastés Capítulo 2:8

Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de música.

Eclesiastés Capítulo 2:9

Y fui engrandecido y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo mi sabiduría.

Eclesiastés Capítulo 2:10

No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena.

Eclesiastés Capítulo 2:11

Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.

Eclesiastés Capítulo 2:12

Después volví yo a mirar para ver la sabiduría y los desvaríos y la necedad; porque ¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho.

Eclesiastés Capítulo 2:13

Y he visto que la sabiduría sobrepasa a la necedad, como la luz a las tinieblas.

Eclesiastés Capítulo 2:14

El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas; pero también entendí yo que un mismo suceso acontecerá al uno como al otro.

Eclesiastés Capítulo 2:15

Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al necio, me sucederá también a mí. ¿Para qué, pues, he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad.

Eclesiastés Capítulo 2:16

Porque ni del sabio ni del necio habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será olvidado, y también morirá el sabio como el necio.

Eclesiastés Capítulo 2:17

Aborrecí, por tanto, la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu.

Eclesiastés Capítulo 2:18

Asimismo aborrecí todo mi trabajo que había hecho debajo del sol, el cual tendré que dejar a otro que vendrá después de mí.

Eclesiastés Capítulo 2:19

Y ¿quién sabe si será sabio o necio el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría? Esto también es vanidad.

Eclesiastés Capítulo 2:20

Volvió, por tanto, a desesperanzarse mi corazón acerca de todo el trabajo en que me afané, y en que había ocupado debajo del sol mi sabiduría.

Eclesiastés Capítulo 2:21

¡Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y mal grande.

Eclesiastés Capítulo 2:22

Porque ¿qué tiene el hombre de todo su trabajo, y de la fatiga de su corazón, con que se afana debajo del sol?

Eclesiastés Capítulo 3:1

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.

Eclesiastés Capítulo 3:2

Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;

Eclesiastés Capítulo 3:3

tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;

Eclesiastés Capítulo 3:4

tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;

Eclesiastés Capítulo 3:5

tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;

Eclesiastés Capítulo 3:6

tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;

Eclesiastés Capítulo 3:7

tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;

Eclesiastés Capítulo 3:8

tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.

Eclesiastés Capítulo 3:9

¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?

Eclesiastés Capítulo 3:10

Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él.

Eclesiastés Capítulo 3:11

Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.

Eclesiastés Capítulo 3:12

Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida;

Eclesiastés Capítulo 3:13

y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor.

Eclesiastés Capítulo 3:14

He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres.

Eclesiastés Capítulo 3:15

Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.

Eclesiastés Capítulo 3:16

Vi más debajo del sol: en lugar del juicio, allí impiedad; y en lugar de la justicia, allí iniquidad.

Eclesiastés Capítulo 3:17

Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios; porque allí hay un tiempo para todo lo que se quiere y para todo lo que se hace.

Eclesiastés Capítulo 3:18

Dije en mi corazón: Es así, por causa de los hijos de los hombres, para que Dios los pruebe, y para que vean que ellos mismos son semejantes a las bestias.

Eclesiastés Capítulo 3:19

Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.

Eclesiastés Capítulo 3:20

Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo.

Eclesiastés Capítulo 3:21

¿Quién sabe que el espíritu de los hijos de los hombres sube arriba, y que el espíritu del animal desciende abajo a la tierra?

Eclesiastés Capítulo 3:22

Así, pues, he visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo, porque esta es su parte; porque ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él?

Juan Capítulo 2:7

Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba.

Juan Capítulo 2:8

Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron.

Juan Capítulo 2:9

Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo,

Juan Capítulo 2:10

y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora.

Juan Capítulo 2:11

Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.

Romanos Capítulo 12:2

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Romanos Capítulo 13:13

Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia,

Romanos Capítulo 13:14

sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.

Gálatas Capítulo 1:10

Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.

Gálatas Capítulo 5:19

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,

Gálatas Capítulo 5:20

idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,

Gálatas Capítulo 5:21

envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Efesios Capítulo 5:15

Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,

Efesios Capítulo 5:16

aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.

Efesios Capítulo 5:17

Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.

Efesios Capítulo 5:18

No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,

Efesios Capítulo 5:19

hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;

Efesios Capítulo 5:20

dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Efesios Capítulo 5:21

Someteos unos a otros en el temor de Dios.

1 Timoteo Capítulo 5:23

Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades.

2 Timoteo Capítulo 2:22

Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.

1 Pedro Capítulo 4:1

Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado,

1 Pedro Capítulo 4:2

para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios.

1 Pedro Capítulo 4:3

Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías.

1 Pedro Capítulo 4:4

A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan;

1 Pedro Capítulo 4:5

pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.

1 Pedro Capítulo 4:6

Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios.

1 Pedro Capítulo 4:7

Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración.

1 Pedro Capítulo 4:8

Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.

1 Pedro Capítulo 4:9

Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones.

1 Pedro Capítulo 4:10

Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.

1 Pedro Capítulo 4:11

Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.

1 Pedro Capítulo 4:12

Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese,

1 Pedro Capítulo 4:13

sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.

1 Pedro Capítulo 4:14

Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.

1 Pedro Capítulo 4:15

Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno;

1 Pedro Capítulo 4:16

pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello.

1 Pedro Capítulo 4:17

Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?

1 Pedro Capítulo 4:18

Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?

1 Pedro Capítulo 4:19

De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.