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Algunos temas bíblicos

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tibio

Hechos Capítulo 4:12

Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

2 Timoteo Capítulo 4:3

Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,

Hebreos Capítulo 5:11

Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.

Hebreos Capítulo 5:12

Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.

1 Pedro Capítulo 2:16

como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios.

Apocalipsis Capítulo 3:1

Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.

Apocalipsis Capítulo 3:2

Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.

Apocalipsis Capítulo 3:3

Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.

Apocalipsis Capítulo 3:4

Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.

Apocalipsis Capítulo 3:5

El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.

Apocalipsis Capítulo 3:6

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Apocalipsis Capítulo 3:7

Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:

Apocalipsis Capítulo 3:8

Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.

Apocalipsis Capítulo 3:9

He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado.

Apocalipsis Capítulo 3:10

Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.

Apocalipsis Capítulo 3:11

He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.

Apocalipsis Capítulo 3:12

Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.

Apocalipsis Capítulo 3:13

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Apocalipsis Capítulo 3:14

Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:

Apocalipsis Capítulo 3:15

Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!

Apocalipsis Capítulo 3:16

Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

Apocalipsis Capítulo 3:17

Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

Apocalipsis Capítulo 3:18

Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.

Apocalipsis Capítulo 3:19

Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.

Apocalipsis Capítulo 3:20

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Apocalipsis Capítulo 3:21

Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.

Apocalipsis Capítulo 3:22

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.