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Algunos temas bíblicos

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L ... / llevar un diario

llevar un diario

Deuteronomio Capítulo 6:6

Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;

Deuteronomio Capítulo 6:7

y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.

Deuteronomio Capítulo 6:8

Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos;

Deuteronomio Capítulo 6:9

y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.

Deuteronomio Capítulo 31:19

Ahora pues, escribíos este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel.

Josué Capítulo 1:8

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

Josué Capítulo 3:8

Tú, pues, mandarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto, diciendo: Cuando hayáis entrado hasta el borde del agua del Jordán, pararéis en el Jordán.

Ester Capítulo 6:1

Aquella misma noche se le fue el sueño al rey, y dijo que le trajesen el libro de las memorias y crónicas, y que las leyeran en su presencia.

Job Capítulo 19:23

¡Quién diese ahora que mis palabras fuesen escritas! ¡Quién diese que se escribiesen en un libro;

Job Capítulo 19:24

Que con cincel de hierro y con plomo Fuesen esculpidas en piedra para siempre!

Job Capítulo 19:25

Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo;

Salmos Capítulo 56:8

Mis huidas tú has contado; Pon mis lágrimas en tu redoma; ¿No están ellas en tu libro?

Salmos Capítulo 102:18

Se escribirá esto para la generación venidera; Y el pueblo que está por nacer alabará a JAH,

Salmos Capítulo 119:15

En tus mandamientos meditaré; Consideraré tus caminos.

Salmos Capítulo 119:18

Abre mis ojos, y miraré Las maravillas de tu ley.

Salmos Capítulo 119:27

Hazme entender el camino de tus mandamientos, Para que medite en tus maravillas.

Salmos Capítulo 119:105

Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.

Proverbios Capítulo 3:5

Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.

Proverbios Capítulo 3:6

Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.

Proverbios Capítulo 20:5

Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre; Mas el hombre entendido lo alcanzará.

Proverbios Capítulo 31:1

Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre.

Proverbios Capítulo 31:2

¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre? ¿Y qué, hijo de mis deseos?

Proverbios Capítulo 31:3

No des a las mujeres tu fuerza, Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.

Proverbios Capítulo 31:4

No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la sidra;

Proverbios Capítulo 31:5

No sea que bebiendo olviden la ley, Y perviertan el derecho de todos los afligidos.

Proverbios Capítulo 31:6

Dad la sidra al desfallecido, Y el vino a los de amargado ánimo.

Proverbios Capítulo 31:7

Beban, y olvídense de su necesidad, Y de su miseria no se acuerden más.

Proverbios Capítulo 31:8

Abre tu boca por el mudo En el juicio de todos los desvalidos.

Proverbios Capítulo 31:9

Abre tu boca, juzga con justicia, Y defiende la causa del pobre y del menesteroso. Elogio de la mujer virtuosa

Proverbios Capítulo 31:10

Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.

Proverbios Capítulo 31:11

El corazón de su marido está en ella confiado, Y no carecerá de ganancias.

Proverbios Capítulo 31:12

Le da ella bien y no mal Todos los días de su vida.

Proverbios Capítulo 31:13

Busca lana y lino, Y con voluntad trabaja con sus manos.

Proverbios Capítulo 31:14

Es como nave de mercader; Trae su pan de lejos.

Proverbios Capítulo 31:15

Se levanta aun de noche Y da comida a su familia Y ración a sus criadas.

Proverbios Capítulo 31:16

Considera la heredad, y la compra, Y planta viña del fruto de sus manos.

Proverbios Capítulo 31:17

Ciñe de fuerza sus lomos, Y esfuerza sus brazos.

Proverbios Capítulo 31:18

Ve que van bien sus negocios; Su lámpara no se apaga de noche.

Proverbios Capítulo 31:19

Aplica su mano al huso, Y sus manos a la rueca.

Proverbios Capítulo 31:20

Alarga su mano al pobre, Y extiende sus manos al menesteroso.

Proverbios Capítulo 31:21

No tiene temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.

Proverbios Capítulo 31:22

Ella se hace tapices; De lino fino y púrpura es su vestido.

Proverbios Capítulo 31:23

Su marido es conocido en las puertas, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.

Proverbios Capítulo 31:24

Hace telas, y vende, Y da cintas al mercader.

Proverbios Capítulo 31:25

Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir.

Proverbios Capítulo 31:26

Abre su boca con sabiduría, Y la ley de clemencia está en su lengua.

Proverbios Capítulo 31:27

Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde.

Proverbios Capítulo 31:28

Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba:

Proverbios Capítulo 31:29

Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas.

Proverbios Capítulo 31:30

Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.

Proverbios Capítulo 31:31

Dadle del fruto de sus manos, Y alábenla en las puertas sus hechos.

Jeremías Capítulo 30:2

Así habló Jehová Dios de Israel, diciendo: Escríbete en un libro todas las palabras que te he hablado.

Daniel Capítulo 4:1

Nabucodonosor rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: Paz os sea multiplicada.

Daniel Capítulo 4:2

Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo.

Daniel Capítulo 4:3

¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorío de generación en generación.

Daniel Capítulo 4:4

Yo Nabucodonosor estaba tranquilo en mi casa, y floreciente en mi palacio.

Daniel Capítulo 4:5

Vi un sueño que me espantó, y tendido en cama, las imaginaciones y visiones de mi cabeza me turbaron.

Daniel Capítulo 4:6

Por esto mandé que vinieran delante de mí todos los sabios de Babilonia, para que me mostrasen la interpretación del sueño.

Daniel Capítulo 4:7

Y vinieron magos, astrólogos, caldeos y adivinos, y les dije el sueño, pero no me pudieron mostrar su interpretación,

Daniel Capítulo 4:8

hasta que entró delante de mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de mi dios, y en quien mora el espíritu de los dioses santos. Conté delante de él el sueño, diciendo:

Daniel Capítulo 4:9

Beltsasar, jefe de los magos, ya que he entendido que hay en ti espíritu de los dioses santos, y que ningún misterio se te esconde, declárame las visiones de mi sueño que he visto, y su interpretación.

Daniel Capítulo 4:10

Estas fueron las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama: Me parecía ver en medio de la tierra un árbol, cuya altura era grande.

Daniel Capítulo 4:11

Crecía este árbol, y se hacía fuerte, y su copa llegaba hasta el cielo, y se le alcanzaba a ver desde todos los confines de la tierra.

Daniel Capítulo 4:12

Su follaje era hermoso y su fruto abundante, y había en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo, y se mantenía de él toda carne.

Daniel Capítulo 4:13

Vi en las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama, que he aquí un vigilante y santo descendía del cielo.

Daniel Capítulo 4:14

Y clamaba fuertemente y decía así: Derribad el árbol, y cortad sus ramas, quitadle el follaje, y dispersad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas.

Daniel Capítulo 4:15

Mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce entre la hierba del campo; sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias sea su parte entre la hierba de la tierra.

Daniel Capítulo 4:16

Su corazón de hombre sea cambiado, y le sea dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos.

Daniel Capítulo 4:17

La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres.

Daniel Capítulo 4:18

Yo el rey Nabucodonosor he visto este sueño. Tú, pues, Beltsasar, dirás la interpretación de él, porque todos los sabios de mi reino no han podido mostrarme su interpretación; mas tú puedes, porque mora en ti el espíritu de los dioses santos.

Daniel Capítulo 4:19

Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltsasar, quedó atónito casi una hora, y sus pensamientos lo turbaban. El rey habló y dijo: Beltsasar, no te turben ni el sueño ni su interpretación. Beltsasar respondió y dijo: Señor mío, el sueño sea para tus enemigos, y su interpretación para los que mal te quieren.

Daniel Capítulo 4:20

El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y cuya copa llegaba hasta el cielo, y que se veía desde todos los confines de la tierra,

Daniel Capítulo 4:21

cuyo follaje era hermoso, y su fruto abundante, y en que había alimento para todos, debajo del cual moraban las bestias del campo, y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo,

Daniel Capítulo 4:22

tú mismo eres, oh rey, que creciste y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio hasta los confines de la tierra.

Daniel Capítulo 4:23

Y en cuanto a lo que vio el rey, un vigilante y santo que descendía del cielo y decía: Cortad el árbol y destruidlo; mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias del campo sea su parte, hasta que pasen sobre él siete tiempos;

Daniel Capítulo 4:24

esta es la interpretación, oh rey, y la sentencia del Altísimo, que ha venido sobre mi señor el rey:

Daniel Capítulo 4:25

Que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere.

Daniel Capítulo 4:26

Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que el cielo gobierna.

Daniel Capítulo 4:27

Por tanto, oh rey, acepta mi consejo: tus pecados redime con justicia, y tus iniquidades haciendo misericordias para con los oprimidos, pues tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad.

Daniel Capítulo 4:28

Todo esto vino sobre el rey Nabucodonosor.

Daniel Capítulo 4:29

Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia,

Daniel Capítulo 4:30

habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?

Daniel Capítulo 4:31

Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti;

Daniel Capítulo 4:32

y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere.

Daniel Capítulo 4:33

En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves.

Daniel Capítulo 4:34

Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades.

Daniel Capítulo 4:35

Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?

Daniel Capítulo 4:36

En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida.

Daniel Capítulo 4:37

Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.

Habacuc Capítulo 2:2

Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.

Malaquías Capítulo 3:16

Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre.

Mateo Capítulo 5:16

Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que están los cielos.

Romanos Capítulo 5:3

Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;

Romanos Capítulo 5:4

y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;

Gálatas Capítulo 4:1

Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo;

Gálatas Capítulo 4:2

sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre.

Gálatas Capítulo 4:3

Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo.

Gálatas Capítulo 4:4

Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,

Gálatas Capítulo 4:5

para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

Gálatas Capítulo 4:6

Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!

Gálatas Capítulo 4:7

Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.

Gálatas Capítulo 4:8

Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses;

Gálatas Capítulo 4:9

mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?

Gálatas Capítulo 4:10

Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años.

Gálatas Capítulo 4:11

Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros.

Gálatas Capítulo 4:12

Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, porque yo también me hice como vosotros. Ningún agravio me habéis hecho.

Gálatas Capítulo 4:13

Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio;

Gálatas Capítulo 4:14

y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús.

Gálatas Capítulo 4:15

¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos.

Gálatas Capítulo 4:16

¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad?

Gálatas Capítulo 4:17

Tienen celo por vosotros, pero no para bien, sino que quieren apartaros de nosotros para que vosotros tengáis celo por ellos.

Gálatas Capítulo 4:18

Bueno es mostrar celo en lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros.

Gálatas Capítulo 4:19

Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros,

Gálatas Capítulo 4:20

quisiera estar con vosotros ahora mismo y cambiar de tono, pues estoy perplejo en cuanto a vosotros.

Gálatas Capítulo 4:21

Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley?

Gálatas Capítulo 4:22

Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre.

Gálatas Capítulo 4:23

Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.

Gálatas Capítulo 4:24

Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.

Gálatas Capítulo 4:25

Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.

Gálatas Capítulo 4:26

Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.

Gálatas Capítulo 4:27

Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; Porque más son los hijos de las desolada, que de la que tiene marido.

Gálatas Capítulo 4:28

Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.

Gálatas Capítulo 4:29

Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.

Gálatas Capítulo 4:30

Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.

Gálatas Capítulo 4:31

De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.

Filipenses Capítulo 4:8

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

Apocalipsis Capítulo 1:1

La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,

Apocalipsis Capítulo 1:11

que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.

Apocalipsis Capítulo 11:1

Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él.

Apocalipsis Capítulo 11:2

Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses.

Apocalipsis Capítulo 11:3

Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.

Apocalipsis Capítulo 11:4

Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra.

Apocalipsis Capítulo 11:5

Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera.

Apocalipsis Capítulo 11:6

Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.

Apocalipsis Capítulo 11:7

Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará.

Apocalipsis Capítulo 11:8

Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado.

Apocalipsis Capítulo 11:9

Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados.

Apocalipsis Capítulo 11:10

Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra.

Apocalipsis Capítulo 11:11

Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron.

Apocalipsis Capítulo 11:12

Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron.

Apocalipsis Capítulo 11:13

En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo.

Apocalipsis Capítulo 11:14

El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto.

Apocalipsis Capítulo 11:15

El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.

Apocalipsis Capítulo 11:16

Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios,

Apocalipsis Capítulo 11:17

diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado.

Apocalipsis Capítulo 11:18

Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.

Apocalipsis Capítulo 11:19

Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.

Apocalipsis Capítulo 21:1

Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.

Apocalipsis Capítulo 21:2

Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.

Apocalipsis Capítulo 21:3

Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.

Apocalipsis Capítulo 21:4

Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

Apocalipsis Capítulo 21:5

Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

Apocalipsis Capítulo 21:6

Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

Apocalipsis Capítulo 21:7

El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.

Apocalipsis Capítulo 21:8

Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

Apocalipsis Capítulo 21:9

Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.

Apocalipsis Capítulo 21:10

Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,

Apocalipsis Capítulo 21:11

teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.

Apocalipsis Capítulo 21:12

Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel;

Apocalipsis Capítulo 21:13

al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas.

Apocalipsis Capítulo 21:14

Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.

Apocalipsis Capítulo 21:15

El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.

Apocalipsis Capítulo 21:16

La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales.

Apocalipsis Capítulo 21:17

Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel.

Apocalipsis Capítulo 21:18

El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio;

Apocalipsis Capítulo 21:19

y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda;

Apocalipsis Capítulo 21:20

el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.

Apocalipsis Capítulo 21:21

Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.

Apocalipsis Capítulo 21:22

Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.

Apocalipsis Capítulo 21:23

La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.

Apocalipsis Capítulo 21:24

Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.

Apocalipsis Capítulo 21:25

Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.

Apocalipsis Capítulo 21:26

Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.

Apocalipsis Capítulo 21:27

No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.