Indonesia
Génesis Capítulo 12:3
Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
Ester Capítulo 5:1
Aconteció que al tercer día se vistió Ester su vestido real, y entró en el patio interior de la casa del rey, enfrente del aposento del rey; y estaba el rey sentado en su trono en el aposento real, enfrente de la puerta del aposento.
Ester Capítulo 5:2
Y cuando vio a la reina Ester que estaba en el patio, ella obtuvo gracia ante sus ojos; y el rey extendió a Ester el cetro de oro que tenía en la mano. Entonces vino Ester y tocó la punta del cetro.
Ester Capítulo 5:3
Dijo el rey: ¿Qué tienes, reina Ester, y cuál es tu petición? Hasta la mitad del reino se te dará.
Ester Capítulo 5:4
Y Ester dijo: Si place al rey, vengan hoy el rey y Amán al banquete que he preparado para el rey.
Ester Capítulo 5:5
Respondió el rey: Daos prisa, llamad a Amán, para hacer lo que Ester ha dicho. Vino, pues, el rey con Amán al banquete que Ester dispuso.
Ester Capítulo 5:6
Y dijo el rey a Ester en el banquete, mientras bebían vino: ¿Cuál es tu petición, y te será otorgada? ¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, te será concedida.
Ester Capítulo 5:7
Entonces respondió Ester y dijo: Mi petición y mi demanda es esta:
Ester Capítulo 5:8
Si he hallado gracia ante los ojos del rey, y si place al rey otorgar mi petición y conceder mi demanda, que venga el rey con Amán a otro banquete que les prepararé; y mañana haré conforme a lo que el rey ha mandado.
Ester Capítulo 5:9
Y salió Amán aquel día contento y alegre de corazón; pero cuando vio a Mardoqueo a la puerta del palacio del rey, que no se levantaba ni se movía de su lugar, se llenó de ira contra Mardoqueo.
Ester Capítulo 5:10
Pero se refrenó Amán y vino a su casa, y mandó llamar a sus amigos y a Zeres su mujer,
Ester Capítulo 5:11
y les refirió Amán la gloria de sus riquezas, y la multitud de sus hijos, y todas las cosas con que el rey le había engrandecido, y con que le había honrado sobre los príncipes y siervos del rey.
Ester Capítulo 5:12
Y añadió Amán: También la reina Ester a ninguno hizo venir con el rey al banquete que ella dispuso, sino a mí; y también para mañana estoy convidado por ella con el rey.
Ester Capítulo 5:13
Pero todo esto de nada me sirve cada vez que veo al judío Mardoqueo sentado a la puerta del rey.
Ester Capítulo 5:14
Y le dijo Zeres su mujer y todos sus amigos: Hagan una horca de cincuenta codos de altura, y mañana di al rey que cuelguen a Mardoqueo en ella; y entra alegre con el rey al banquete. Y agradó esto a los ojos de Amán, e hizo preparar la horca.
Proverbios Capítulo 11:1
El peso falso es abominación a Jehová; Mas la pesa cabal le agrada.
Proverbios Capítulo 11:2
Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; Mas con los humildes está la sabiduría.
Proverbios Capítulo 11:3
La integridad de los rectos los encaminará; Pero destruirá a los pecadores la perversidad de ellos.
Proverbios Capítulo 11:4
No aprovecharán las riquezas en el día de la ira; Mas la justicia librará de muerte.
Proverbios Capítulo 11:5
La justicia del perfecto enderezará su camino; Mas el impío por su impiedad caerá.
Proverbios Capítulo 11:6
La justicia de los rectos los librará; Mas los pecadores serán atrapados en su pecado.
Proverbios Capítulo 11:7
Cuando muere el hombre impío, perece su esperanza; Y la expectación de los malos perecerá.
Proverbios Capítulo 11:8
El justo es librado de la tribulación; Mas el impío entra en lugar suyo.
Proverbios Capítulo 11:9
El hipócrita con la boca daña a su prójimo; Mas los justos son librados con la sabiduría.
Proverbios Capítulo 11:10
En el bien de los justos la ciudad se alegra; Mas cuando los impíos perecen hay fiesta.
Proverbios Capítulo 11:11
Por la bendición de los rectos la ciudad será engrandecida; Mas por la boca de los impíos será trastornada.
Proverbios Capítulo 11:12
El que carece de entendimiento menosprecia a su prójimo; Mas el hombre prudente calla.
Proverbios Capítulo 11:13
El que anda en chismes descubre el secreto; Mas el de espíritu fiel lo guarda todo.
Proverbios Capítulo 11:14
Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud de consejeros hay seguridad.
Proverbios Capítulo 11:15
Con ansiedad será afligido el que sale por fiador de un extraño; Mas el que aborreciere las fianzas vivirá seguro.
Proverbios Capítulo 11:16
La mujer agraciada tendrá honra, Y los fuertes tendrán riquezas.
Proverbios Capítulo 11:17
A su alma hace bien el hombre misericordioso; Mas el cruel se atormenta a sí mismo.
Proverbios Capítulo 11:18
El impío hace obra falsa; Mas el que siembra justicia tendrá galardón firme.
Proverbios Capítulo 11:19
Como la justicia conduce a la vida, Así el que sigue el mal lo hace para su muerte.
Proverbios Capítulo 11:20
Abominación son a Jehová los perversos de corazón; Mas los perfectos de camino le son agradables.
Proverbios Capítulo 11:21
Tarde o temprano, el malo será castigado; Mas la descendencia de los justos será librada.
Proverbios Capítulo 11:22
Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo Es la mujer hermosa y apartada de razón.
Proverbios Capítulo 11:23
El deseo de los justos es solamente el bien; Mas la esperanza de los impíos es el enojo.
Proverbios Capítulo 11:24
Hay quienes reparten, y les es añadido más; Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza.
Proverbios Capítulo 11:25
El alma generosa será prosperada; Y el que saciare, él también será saciado.
Proverbios Capítulo 11:26
Al que acapara el grano, el pueblo lo maldecirá; Pero bendición será sobre la cabeza del que lo vende.
Proverbios Capítulo 11:27
El que procura el bien buscará favor; Mas al que busca el mal, éste le vendrá.
Proverbios Capítulo 11:28
El que confía en sus riquezas caerá; Mas los justos reverdecerán como ramas.
Proverbios Capítulo 11:29
El que turba su casa heredará viento; Y el necio será siervo del sabio de corazón.
Proverbios Capítulo 11:30
El fruto del justo es árbol de vida; Y el que gana almas es sabio.
Proverbios Capítulo 11:31
Ciertamente el justo será recompensado en la tierra; ¡Cuánto más el impío y el pecador!
Cantar de los Cantares Capítulo 5:1
Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía; He recogido mi mirra y mis aromas; He comido mi panal y mi miel, Mi vino y mi leche he bebido. Comed, amigos; bebed en abundancia, oh amados.
Cantar de los Cantares Capítulo 5:2
Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi amado que llama: Abreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía, Porque mi cabeza está llena de rocío, Mis cabellos de las gotas de la noche.
Cantar de los Cantares Capítulo 5:3
Me he desnudado de mi ropa; ¿cómo me he de vestir? He lavado mis pies; ¿cómo los he de ensuciar?
Cantar de los Cantares Capítulo 5:4
Mi amado metió su mano por la ventanilla, Y mi corazón se conmovió dentro de mí.
Cantar de los Cantares Capítulo 5:5
Yo me levanté para abrir a mi amado, Y mis manos gotearon mirra, Y mis dedos mirra, que corría Sobre la manecilla del cerrojo.
Cantar de los Cantares Capítulo 5:6
Abrí yo a mi amado; Pero mi amado se había ido, había ya pasado; Y tras su hablar salió mi alma. Lo busqué, y no lo hallé; Lo llamé, y no me respondió.
Cantar de los Cantares Capítulo 5:7
Me hallaron los guardas que rondan la ciudad; Me golpearon, me hirieron; Me quitaron mi manto de encima los guardas de los muros.
Cantar de los Cantares Capítulo 5:8
Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, si halláis a mi amado, Que le hagáis saber que estoy enferma de amor.
Cantar de los Cantares Capítulo 5:9
¿Qué es tu amado más que otro amado, Oh la más hermosa de todas las mujeres? ¿Qué es tu amado más que otro amado, Que así nos conjuras?
Cantar de los Cantares Capítulo 5:10
Mi amado es blanco y rubio, Señalado entre diez mil.
Cantar de los Cantares Capítulo 5:11
Su cabeza como oro finísimo; Sus cabellos crespos, negros como el cuervo.
Cantar de los Cantares Capítulo 5:12
Sus ojos, como palomas junto a los arroyos de las aguas, Que se lavan con leche, y a la perfección colocados.
Cantar de los Cantares Capítulo 5:13
Sus mejillas, como una era de especias aromáticas, como fragantes flores; Sus labios, como lirios que destilan mirra fragante.
Cantar de los Cantares Capítulo 5:14
Sus manos, como anillos de oro engastados de jacintos; Su cuerpo, como claro marfil cubierto de zafiros.
Cantar de los Cantares Capítulo 5:15
Sus piernas, como columnas de mármol fundadas sobre basas de oro fino; Su aspecto como el Líbano, escogido como los cedros.
Cantar de los Cantares Capítulo 5:16
Su paladar, dulcísimo, y todo él codiciable. Tal es mi amado, tal es mi amigo, Oh doncellas de Jerusalén.
Daniel Capítulo 3:1
El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia.
Daniel Capítulo 3:2
Y envió el rey Nabucodonosor a que se reuniesen los sátrapas, los magistrados y capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, para que viniesen a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado.
Daniel Capítulo 3:3
Fueron, pues, reunidos los sátrapas, magistrados, capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado; y estaban en pie delante de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor.
Daniel Capítulo 3:4
Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas,
Daniel Capítulo 3:5
que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado;
Daniel Capítulo 3:6
y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo.
Daniel Capítulo 3:7
Por lo cual, al oír todos los pueblos el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado.
Daniel Capítulo 3:8
Por esto en aquel tiempo algunos varones caldeos vinieron y acusaron maliciosamente a los judíos.
Daniel Capítulo 3:9
Hablaron y dijeron al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive.
Daniel Capítulo 3:10
Tú, oh rey, has dado una ley que todo hombre, al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, se postre y adore la estatua de oro;
Daniel Capítulo 3:11
y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un horno de fuego ardiendo.
Daniel Capítulo 3:12
Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has levantado.
Daniel Capítulo 3:13
Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que trajesen a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Al instante fueron traídos estos varones delante del rey.
Daniel Capítulo 3:14
Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado?
Daniel Capítulo 3:15
Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?
Daniel Capítulo 3:16
Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto.
Daniel Capítulo 3:17
He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.
Daniel Capítulo 3:18
Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.
Daniel Capítulo 3:19
Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de lo acostumbrado.
Daniel Capítulo 3:20
Y mandó a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo.
Daniel Capítulo 3:21
Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo.
Daniel Capítulo 3:22
Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego.
Daniel Capítulo 3:23
Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo.
Daniel Capítulo 3:24
Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey.
Daniel Capítulo 3:25
Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.
Daniel Capítulo 3:26
Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego.
Daniel Capítulo 3:27
Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían.
Daniel Capítulo 3:28
Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios.
Daniel Capítulo 3:29
Por lo tanto, decreto que todo pueblo, nación o lengua que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea descuartizado, y su casa convertida en muladar; por cuanto no hay dios que pueda librar como éste.
Daniel Capítulo 3:30
Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia.
Zacarías Capítulo 12:9
Y en aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones que vinieren contra Jerusalén.
Mateo Capítulo 7:1
No juzguéis, para que no seáis juzgados.
Mateo Capítulo 7:2
Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.
Mateo Capítulo 7:3
¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
Mateo Capítulo 7:4
¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?
Mateo Capítulo 7:5
¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
Mateo Capítulo 7:6
No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.
Mateo Capítulo 7:7
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Mateo Capítulo 7:8
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Mateo Capítulo 7:9
¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?
Mateo Capítulo 7:10
¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?
Mateo Capítulo 7:11
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
Mateo Capítulo 7:12
Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.
Mateo Capítulo 7:13
Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;
Mateo Capítulo 7:14
porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
Mateo Capítulo 7:15
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Mateo Capítulo 7:16
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Mateo Capítulo 7:17
Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
Mateo Capítulo 7:18
No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
Mateo Capítulo 7:19
Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
Mateo Capítulo 7:20
Así que, por sus frutos los conoceréis.
Mateo Capítulo 7:21
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Mateo Capítulo 7:22
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Mateo Capítulo 7:23
Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
Mateo Capítulo 7:24
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
Mateo Capítulo 7:25
Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
Mateo Capítulo 7:26
Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
Mateo Capítulo 7:27
y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
Mateo Capítulo 7:28
Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;
Mateo Capítulo 7:29
porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
Mateo Capítulo 24:1
Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.
Mateo Capítulo 24:2
Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.
Mateo Capítulo 24:3
Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?
Mateo Capítulo 24:4
Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.
Mateo Capítulo 24:5
Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.
Mateo Capítulo 24:6
Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.
Mateo Capítulo 24:7
Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.
Mateo Capítulo 24:8
Y todo esto será principio de dolores.
Mateo Capítulo 24:9
Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.
Mateo Capítulo 24:10
Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.
Mateo Capítulo 24:11
Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;
Mateo Capítulo 24:12
y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.
Mateo Capítulo 24:13
Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Mateo Capítulo 24:14
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
Mateo Capítulo 24:15
Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),
Mateo Capítulo 24:16
entonces los que estén en Judea, huyan a los montes.
Mateo Capítulo 24:17
El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa;
Mateo Capítulo 24:18
y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa.
Mateo Capítulo 24:19
Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días!
Mateo Capítulo 24:20
Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo;
Mateo Capítulo 24:21
porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.
Mateo Capítulo 24:22
Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.
Mateo Capítulo 24:23
Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis.
Mateo Capítulo 24:24
Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.
Mateo Capítulo 24:25
Ya os lo he dicho antes.
Mateo Capítulo 24:26
Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.
Mateo Capítulo 24:27
Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.
Mateo Capítulo 24:28
Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.
Mateo Capítulo 24:29
E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.
Mateo Capítulo 24:30
Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
Mateo Capítulo 24:31
Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
Mateo Capítulo 24:32
De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
Mateo Capítulo 24:33
Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.
Mateo Capítulo 24:34
De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
Mateo Capítulo 24:35
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Mateo Capítulo 24:36
Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.
Mateo Capítulo 24:37
Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
Mateo Capítulo 24:38
Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,
Mateo Capítulo 24:39
y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
Mateo Capítulo 24:40
Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.
Mateo Capítulo 24:41
Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada.
Mateo Capítulo 24:42
Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.
Mateo Capítulo 24:43
Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.
Mateo Capítulo 24:44
Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
Mateo Capítulo 24:45
¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?
Mateo Capítulo 24:46
Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.
Mateo Capítulo 24:47
De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.
Mateo Capítulo 24:48
Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;
Mateo Capítulo 24:49
y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos,
Mateo Capítulo 24:50
vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe,
Mateo Capítulo 24:51
y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.
1 Corintios Capítulo 16:22
El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene.
Efesios Capítulo 1:1
Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso:
Efesios Capítulo 1:2
Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Efesios Capítulo 1:3
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
Efesios Capítulo 1:4
según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,
Efesios Capítulo 1:5
en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
Efesios Capítulo 1:6
para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,
Efesios Capítulo 1:7
en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,
Efesios Capítulo 1:8
que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,
Efesios Capítulo 1:9
dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en si mismo,
Efesios Capítulo 1:10
de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.
Efesios Capítulo 1:11
En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,
Efesios Capítulo 1:12
a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo.
Efesios Capítulo 1:13
En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
Efesios Capítulo 1:14
que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Efesios Capítulo 1:15
Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos,
Efesios Capítulo 1:16
no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,
Efesios Capítulo 1:17
para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
Efesios Capítulo 1:18
alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
Efesios Capítulo 1:19
y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,
Efesios Capítulo 1:20
la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
Efesios Capítulo 1:21
sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;
Efesios Capítulo 1:22
y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
Efesios Capítulo 1:23
la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
1 Juan Capítulo 3:10
En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.
Apocalipsis Capítulo 1:1
La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,
Apocalipsis Capítulo 13:1
Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo.
Apocalipsis Capítulo 13:2
Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad.
Apocalipsis Capítulo 13:3
Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia,
Apocalipsis Capítulo 13:4
y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?
Apocalipsis Capítulo 13:5
También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses.
Apocalipsis Capítulo 13:6
Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo.
Apocalipsis Capítulo 13:7
Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación.
Apocalipsis Capítulo 13:8
Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.