nostalgia
Salmos Capítulo 23:1
Jehová es mi pastor; nada me faltará.
Salmos Capítulo 23:2
En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Salmos Capítulo 23:3
Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Salmos Capítulo 23:4
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Salmos Capítulo 23:5
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Salmos Capítulo 23:6
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Salmos Capítulo 119:54
Cánticos fueron para mí tus estatutos En la casa en donde fui extranjero.
Salmos Capítulo 121:1
Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?
Salmos Capítulo 121:2
Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.
Salmos Capítulo 121:3
No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda.
Salmos Capítulo 121:4
He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel.
Salmos Capítulo 121:5
Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
Salmos Capítulo 121:6
El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche.
Salmos Capítulo 121:7
Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma.
Salmos Capítulo 121:8
Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.
Salmos Capítulo 137:1
Junto a los ríos de Babilonia, Allí nos sentábamos, y aun llorábamos, Acordándonos de Sion.
Eclesiastés Capítulo 3:1
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
Eclesiastés Capítulo 3:2
Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;
Eclesiastés Capítulo 3:3
tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;
Eclesiastés Capítulo 3:4
tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;
Eclesiastés Capítulo 3:5
tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;
Eclesiastés Capítulo 3:6
tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;
Eclesiastés Capítulo 3:7
tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;
Eclesiastés Capítulo 3:8
tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
Eclesiastés Capítulo 3:9
¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?
Eclesiastés Capítulo 3:10
Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él.
Eclesiastés Capítulo 3:11
Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.
Eclesiastés Capítulo 3:12
Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida;
Eclesiastés Capítulo 3:13
y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor.
Eclesiastés Capítulo 3:14
He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres.
Eclesiastés Capítulo 3:15
Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.
Eclesiastés Capítulo 3:16
Vi más debajo del sol: en lugar del juicio, allí impiedad; y en lugar de la justicia, allí iniquidad.
Eclesiastés Capítulo 3:17
Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios; porque allí hay un tiempo para todo lo que se quiere y para todo lo que se hace.
Eclesiastés Capítulo 3:18
Dije en mi corazón: Es así, por causa de los hijos de los hombres, para que Dios los pruebe, y para que vean que ellos mismos son semejantes a las bestias.
Eclesiastés Capítulo 3:19
Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.
Eclesiastés Capítulo 3:20
Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo.
Eclesiastés Capítulo 3:21
¿Quién sabe que el espíritu de los hijos de los hombres sube arriba, y que el espíritu del animal desciende abajo a la tierra?
Eclesiastés Capítulo 3:22
Así, pues, he visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo, porque esta es su parte; porque ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él?
Isaías Capítulo 26:3
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
Isaías Capítulo 26:4
Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.
Isaías Capítulo 66:13
Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo.
Lamentaciones Capítulo 3:22
Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
Lamentaciones Capítulo 3:23
Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
Lamentaciones Capítulo 3:24
Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.
Marcos Capítulo 10:29
Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio,
Marcos Capítulo 10:30
que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.
2 Corintios Capítulo 1:3
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,
2 Corintios Capítulo 1:4
el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.
2 Corintios Capítulo 1:5
Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.
2 Corintios Capítulo 1:6
Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos.
2 Corintios Capítulo 1:7
Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación.
Filipenses Capítulo 4:6
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Filipenses Capítulo 4:7
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Hebreos Capítulo 13:5
Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;
Hebreos Capítulo 13:6
de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre.