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Algunos temas bíblicos

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G ... / buen viernes

buen viernes

Salmos Capítulo 91:1

El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente.

Salmos Capítulo 91:2

Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.

Salmos Capítulo 91:3

El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora.

Salmos Capítulo 91:4

Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad.

Salmos Capítulo 91:5

No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día,

Salmos Capítulo 91:6

Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya.

Salmos Capítulo 91:7

Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará.

Salmos Capítulo 91:8

Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos.

Salmos Capítulo 91:9

Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación,

Salmos Capítulo 91:10

No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.

Salmos Capítulo 91:11

Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos.

Salmos Capítulo 91:12

En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra.

Salmos Capítulo 91:13

Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón.

Salmos Capítulo 91:14

Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.

Salmos Capítulo 91:15

Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré.

Salmos Capítulo 91:16

Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.

Salmos Capítulo 121:3

No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda.

Salmos Capítulo 121:4

He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel.

Salmos Capítulo 121:5

Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha.

Salmos Capítulo 121:6

El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche.

Salmos Capítulo 121:7

Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma.

Salmos Capítulo 121:8

Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.

Isaías Capítulo 53:5

Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Isaías Capítulo 60:1

Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.

Isaías Capítulo 60:2

Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.

Isaías Capítulo 60:3

Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.

Isaías Capítulo 60:4

Alza tus ojos alrededor y mira, todos éstos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos.

Isaías Capítulo 60:5

Entonces verás, y resplandecerás; se maravillará y ensanchará tu corazón, porque se haya vuelto a ti la multitud del mar, y las riquezas de las naciones hayan venido a ti.

Isaías Capítulo 60:6

Multitud de camellos te cubrirá; dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas de Jehová.

Isaías Capítulo 60:7

Todo el ganado de Cedar será juntado para ti; carneros de Nebaiot te serán servidos; serán ofrecidos con agrado sobre mi altar, y glorificaré la casa de mi gloria.

Isaías Capítulo 60:8

¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas?

Isaías Capítulo 60:9

Ciertamente a mí esperarán los de la costa, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado.

Isaías Capítulo 60:10

Y extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira te castigué, mas en mi buena voluntad tendré de ti misericordia.

Isaías Capítulo 60:11

Tus puertas estarán de continuo abiertas; no se cerrarán de día ni de noche, para que a ti sean traídas las riquezas de las naciones, y conducidos a ti sus reyes.

Isaías Capítulo 60:12

Porque la nación o el reino que no te sirviere perecerá, y del todo será asolado.

Isaías Capítulo 60:13

La gloria del Líbano vendrá a ti, cipreses, pinos y bojes juntamente, para decorar el lugar de mi santuario; y yo honraré el lugar de mis pies.

Isaías Capítulo 60:14

Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, y a las pisadas de tus pies se encorvarán todos los que te escarnecían, y te llamarán Ciudad de Jehová, Sion del Santo de Israel.

Isaías Capítulo 60:15

En vez de estar abandonada y aborrecida, tanto que nadie pasaba por ti, haré que seas una gloria eterna, el gozo de todos los siglos.

Isaías Capítulo 60:16

Y mamarás la leche de las naciones, el pecho de los reyes mamarás; y conocerás que yo Jehová soy el Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

Isaías Capítulo 60:17

En vez de bronce traeré oro, y por hierro plata, y por madera bronce, y en lugar de piedras hierro; y pondré paz por tu tributo, y justicia por tus opresores.

Isaías Capítulo 60:18

Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción ni quebrantamiento en tu territorio, sino que a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas Alabanza.

Isaías Capítulo 60:19

El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que Jehová te será por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu gloria.

Isaías Capítulo 60:20

No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque Jehová te será por luz perpetua, y los días de tu luto serán acabados.

Isaías Capítulo 60:21

Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.

Isaías Capítulo 60:22

El pequeño vendrá a ser mil, el menor, un pueblo fuerte. Yo Jehová, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto.

Mateo Capítulo 12:40

Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

Mateo Capítulo 27:46

Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: \i Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

Marcos Capítulo 8:31

Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días.

Marcos Capítulo 9:31

Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día.

Marcos Capítulo 10:34

y le escarnecerán, le azotarán, y escupirán en él, y le matarán; mas al tercer día resucitará.

Marcos Capítulo 15:42

Cuando llegó la noche, porque era la preparación, es decir, la víspera del día de reposo,

Lucas Capítulo 23:43

Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

Lucas Capítulo 23:54

Era día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo.

Juan Capítulo 3:16

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Juan Capítulo 3:17

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

Juan Capítulo 19:1

Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó.

Juan Capítulo 19:2

Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron con un manto de púrpura;

Juan Capítulo 19:3

y le decían: ¡Salve, Rey de los judíos! y le daban de bofetadas.

Juan Capítulo 19:4

Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él.

Juan Capítulo 19:5

Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre!

Juan Capítulo 19:6

Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él.

Juan Capítulo 19:7

Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.

Juan Capítulo 19:8

Cuando Pilato oyó decir esto, tuvo más miedo.

Juan Capítulo 19:9

Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dio respuesta.

Juan Capítulo 19:10

Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte?

Juan Capítulo 19:11

Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.

Juan Capítulo 19:12

Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone.

Juan Capítulo 19:13

Entonces Pilato, oyendo esto, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata.

Juan Capítulo 19:14

Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey!

Juan Capítulo 19:15

Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César.

Juan Capítulo 19:16

Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron.

Juan Capítulo 19:17

Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota;

Juan Capítulo 19:18

y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.

Juan Capítulo 19:19

Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS.

Juan Capítulo 19:20

Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín.

Juan Capítulo 19:21

Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos: No escribas: Rey de los judíos; sino, que él dijo: Soy Rey de los judíos.

Juan Capítulo 19:22

Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito.

Juan Capítulo 19:23

Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo.

Juan Capítulo 19:24

Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice: Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes. Y así lo hicieron los soldados.

Juan Capítulo 19:25

Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena.

Juan Capítulo 19:26

Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.

Juan Capítulo 19:27

Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.

Juan Capítulo 19:28

Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed.

Juan Capítulo 19:29

Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca.

Juan Capítulo 19:30

Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.

Juan Capítulo 19:31

Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí.

Juan Capítulo 19:32

Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que había sido crucificado con él.

Juan Capítulo 19:33

Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas.

Juan Capítulo 19:34

Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.

Juan Capítulo 19:35

Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis.

Juan Capítulo 19:36

Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo.

Juan Capítulo 19:37

Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.

Juan Capítulo 19:38

Después de todo esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secretamente por miedo de los judíos, rogó a Pilato que le permitiese llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces vino, y se llevó el cuerpo de Jesús.

Juan Capítulo 19:39

También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras.

Juan Capítulo 19:40

Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas, según es costumbre sepultar entre los judíos.

Juan Capítulo 19:41

Y en el lugar donde había sido crucificado, había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno.

Juan Capítulo 19:42

Allí, pues, por causa de la preparación de la pascua de los judíos, y porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.

Romanos Capítulo 5:6

Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.

Romanos Capítulo 5:7

Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.

Romanos Capítulo 5:8

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

Romanos Capítulo 5:9

Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

Romanos Capítulo 5:10

Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.

1 Pedro Capítulo 2:24

quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.