amistad con el mundo
Juan Capítulo 15:19
Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.
Romanos Capítulo 12:2
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Santiago Capítulo 1:27
La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
Santiago Capítulo 4:1
¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?
Santiago Capítulo 4:2
Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
Santiago Capítulo 4:3
Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
Santiago Capítulo 4:4
¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
Santiago Capítulo 4:5
¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?
Santiago Capítulo 4:6
Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
Santiago Capítulo 4:7
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Santiago Capítulo 4:8
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
Santiago Capítulo 4:9
Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza.
Santiago Capítulo 4:10
Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.
Santiago Capítulo 4:11
Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.
Santiago Capítulo 4:12
Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?
Santiago Capítulo 4:13
¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;
Santiago Capítulo 4:14
cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
Santiago Capítulo 4:15
En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.
Santiago Capítulo 4:16
Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala;
Santiago Capítulo 4:17
y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.
2 Pedro Capítulo 1:1
Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra:
2 Pedro Capítulo 1:2
Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús.
2 Pedro Capítulo 1:3
Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,
2 Pedro Capítulo 1:4
por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;
2 Pedro Capítulo 1:5
vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;
2 Pedro Capítulo 1:6
al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;
2 Pedro Capítulo 1:7
a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
2 Pedro Capítulo 1:8
Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
2 Pedro Capítulo 1:9
Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.
2 Pedro Capítulo 1:10
Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.
2 Pedro Capítulo 1:11
Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
2 Pedro Capítulo 1:12
Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente.
2 Pedro Capítulo 1:13
Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este cuerpo, el despertaros con amonestación;
2 Pedro Capítulo 1:14
sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado.
2 Pedro Capítulo 1:15
También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas.
2 Pedro Capítulo 1:16
Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.
2 Pedro Capítulo 1:17
Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia.
2 Pedro Capítulo 1:18
Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo.
2 Pedro Capítulo 1:19
Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
2 Pedro Capítulo 1:20
entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,
2 Pedro Capítulo 1:21
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
2 Pedro Capítulo 2:1
Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.
1 Juan Capítulo 2:1
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
1 Juan Capítulo 2:2
Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
1 Juan Capítulo 2:3
Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
1 Juan Capítulo 2:4
El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;
1 Juan Capítulo 2:5
pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.
1 Juan Capítulo 2:6
El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
1 Juan Capítulo 2:7
Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio.
1 Juan Capítulo 2:8
Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.
1 Juan Capítulo 2:9
El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.
1 Juan Capítulo 2:10
El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.
1 Juan Capítulo 2:11
Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.
1 Juan Capítulo 2:12
Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.
1 Juan Capítulo 2:13
Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.
1 Juan Capítulo 2:14
Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.
1 Juan Capítulo 2:15
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
1 Juan Capítulo 2:16
Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
1 Juan Capítulo 2:17
Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
1 Juan Capítulo 2:18
Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.
1 Juan Capítulo 2:19
Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.
1 Juan Capítulo 2:20
Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
1 Juan Capítulo 2:21
No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad.
1 Juan Capítulo 2:22
¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.
1 Juan Capítulo 2:23
Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.
1 Juan Capítulo 2:24
Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.
1 Juan Capítulo 2:25
Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.
1 Juan Capítulo 2:26
Os he escrito esto sobre los que os engañan.
1 Juan Capítulo 2:27
Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.
1 Juan Capítulo 2:28
Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.
1 Juan Capítulo 2:29
Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él.
1 Juan Capítulo 3:1
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
1 Juan Capítulo 3:2
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
1 Juan Capítulo 3:3
Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.
1 Juan Capítulo 3:4
Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.
1 Juan Capítulo 3:5
Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.
1 Juan Capítulo 3:6
Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.
1 Juan Capítulo 3:7
Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo.
1 Juan Capítulo 3:8
El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
1 Juan Capítulo 3:9
Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
1 Juan Capítulo 3:10
En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.
1 Juan Capítulo 3:11
Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.
1 Juan Capítulo 3:12
No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.
1 Juan Capítulo 3:13
Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece.
1 Juan Capítulo 3:14
Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.
1 Juan Capítulo 3:15
Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.
1 Juan Capítulo 3:16
En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
1 Juan Capítulo 3:17
Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?
1 Juan Capítulo 3:18
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
1 Juan Capítulo 3:19
Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él;
1 Juan Capítulo 3:20
pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas.
1 Juan Capítulo 3:21
Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;
1 Juan Capítulo 3:22
y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.
1 Juan Capítulo 3:23
Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.
1 Juan Capítulo 3:24
Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
1 Juan Capítulo 5:19
Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.