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Algunos temas bíblicos

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D ... / deseos

deseos

Salmos Capítulo 20:4

Te dé conforme al deseo de tu corazón, Y cumpla todo tu consejo.

Salmos Capítulo 37:4

Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

Salmos Capítulo 37:5

Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.

Salmos Capítulo 145:16

Abres tu mano, Y colmas de bendición a todo ser viviente.

Salmos Capítulo 145:19

Cumplirá el deseo de los que le temen; Oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará.

Proverbios Capítulo 10:24

Lo que el impío teme, eso le vendrá; Pero a los justos les será dado lo que desean.

Eclesiastés Capítulo 1:1

Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén.

Eclesiastés Capítulo 1:2

Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.

Eclesiastés Capítulo 1:3

¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?

Eclesiastés Capítulo 1:4

Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece.

Eclesiastés Capítulo 1:5

Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta.

Eclesiastés Capítulo 1:6

El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo.

Eclesiastés Capítulo 1:7

Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo.

Eclesiastés Capítulo 1:8

Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír.

Eclesiastés Capítulo 1:9

¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol.

Eclesiastés Capítulo 1:10

¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido.

Eclesiastés Capítulo 1:11

No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después.

Eclesiastés Capítulo 1:12

Yo el Predicador fui rey sobre Israel en Jerusalén.

Eclesiastés Capítulo 1:13

Y di mi corazón a inquirir y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo; este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen en él.

Eclesiastés Capítulo 1:14

Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.

Eclesiastés Capítulo 1:15

Lo torcido no se puede enderezar, y lo incompleto no puede contarse.

Eclesiastés Capítulo 1:16

Hablé yo en mi corazón, diciendo: He aquí yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia.

Eclesiastés Capítulo 1:17

Y dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aun esto era aflicción de espíritu.

Eclesiastés Capítulo 1:18

Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor.

Isaías Capítulo 55:8

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.

Isaías Capítulo 55:9

Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

Mateo Capítulo 5:28

Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

Mateo Capítulo 6:33

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Romanos Capítulo 1:24

Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,

Romanos Capítulo 1:25

ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

Romanos Capítulo 1:26

Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,

Romanos Capítulo 1:27

y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.

Romanos Capítulo 13:13

Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia,

Romanos Capítulo 13:14

sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.

1 Corintios Capítulo 6:18

Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.

2 Corintios Capítulo 5:17

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Efesios Capítulo 4:22

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,

Efesios Capítulo 4:23

y renovaos en el espíritu de vuestra mente,

Efesios Capítulo 4:24

y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

1 Tesalonicenses Capítulo 4:3

pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;

1 Tesalonicenses Capítulo 4:4

que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor;

1 Tesalonicenses Capítulo 4:5

no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios;

Santiago Capítulo 1:14

sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.

Santiago Capítulo 1:15

Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.

Santiago Capítulo 4:1

¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?

Santiago Capítulo 4:2

Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.

Santiago Capítulo 4:3

Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.