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Algunos temas bíblicos

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L ... / cristianos que siguen pecando

cristianos que siguen pecando

Mateo Capítulo 7:1

No juzguéis, para que no seáis juzgados.

Mateo Capítulo 7:2

Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.

Mateo Capítulo 7:3

¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?

Mateo Capítulo 7:4

¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?

Mateo Capítulo 7:5

¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.

Mateo Capítulo 7:6

No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.

Mateo Capítulo 7:7

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

Mateo Capítulo 7:8

Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

Mateo Capítulo 7:9

¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?

Mateo Capítulo 7:10

¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?

Mateo Capítulo 7:11

Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

Mateo Capítulo 7:12

Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

Mateo Capítulo 7:13

Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;

Mateo Capítulo 7:14

porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

Mateo Capítulo 7:15

Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.

Mateo Capítulo 7:16

Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?

Mateo Capítulo 7:17

Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.

Mateo Capítulo 7:18

No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.

Mateo Capítulo 7:19

Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.

Mateo Capítulo 7:20

Así que, por sus frutos los conoceréis.

Mateo Capítulo 7:21

No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

Mateo Capítulo 7:22

Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?

Mateo Capítulo 7:23

Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

Mateo Capítulo 7:24

Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.

Mateo Capítulo 7:25

Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.

Mateo Capítulo 7:26

Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;

Mateo Capítulo 7:27

y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

Mateo Capítulo 7:28

Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;

Mateo Capítulo 7:29

porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

Mateo Capítulo 8:1

Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente.

Mateo Capítulo 8:2

Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Mateo Capítulo 8:3

Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.

Mateo Capítulo 8:4

Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.

Mateo Capítulo 8:5

Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole,

Mateo Capítulo 8:6

y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.

Mateo Capítulo 8:7

Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.

Mateo Capítulo 8:8

Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente dí la palabra, y mi criado sanará.

Mateo Capítulo 8:9

Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.

Mateo Capítulo 8:10

Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.

Mateo Capítulo 8:11

Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos;

Mateo Capítulo 8:12

mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Mateo Capítulo 8:13

Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.

Mateo Capítulo 8:14

Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada en cama, con fiebre.

Mateo Capítulo 8:15

Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.

Mateo Capítulo 8:16

Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos;

Mateo Capítulo 8:17

para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

Mateo Capítulo 8:18

Viéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar al otro lado.

Mateo Capítulo 8:19

Y vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.

Mateo Capítulo 8:20

Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza.

Mateo Capítulo 8:21

Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre.

Mateo Capítulo 8:22

Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.

Mateo Capítulo 8:23

Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.

Mateo Capítulo 8:24

Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.

Mateo Capítulo 8:25

Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!

Mateo Capítulo 8:26

El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.

Mateo Capítulo 8:27

Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?

Mateo Capítulo 8:28

Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.

Mateo Capítulo 8:29

Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?

Mateo Capítulo 8:30

Estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos.

Mateo Capítulo 8:31

Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos.

Mateo Capítulo 8:32

El les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas.

Mateo Capítulo 8:33

Y los que los apacentaban huyeron, y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había pasado con los endemoniados.

Mateo Capítulo 8:34

Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos.

Romanos Capítulo 6:1

¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?

Romanos Capítulo 6:2

En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

Romanos Capítulo 6:3

¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?

Romanos Capítulo 6:4

Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

Romanos Capítulo 6:5

Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;

Romanos Capítulo 6:6

sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.

Romanos Capítulo 6:7

Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.

Romanos Capítulo 6:8

Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;

Romanos Capítulo 6:9

sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.

Romanos Capítulo 6:10

Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive.

Romanos Capítulo 6:11

Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Romanos Capítulo 6:12

No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;

Romanos Capítulo 6:13

ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.

Romanos Capítulo 6:14

Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Romanos Capítulo 6:15

¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.

Romanos Capítulo 6:16

¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?

Romanos Capítulo 6:17

Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;

Romanos Capítulo 6:18

y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.

Romanos Capítulo 6:19

Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.

Romanos Capítulo 6:20

Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia.

Romanos Capítulo 6:21

¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.

Romanos Capítulo 6:22

Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.

Romanos Capítulo 6:23

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Romanos Capítulo 7:1

¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?

Romanos Capítulo 7:2

Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.

Romanos Capítulo 7:3

Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.

Romanos Capítulo 7:4

Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.

Romanos Capítulo 7:5

Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte.

Romanos Capítulo 7:6

Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.

Romanos Capítulo 7:7

¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.

Romanos Capítulo 7:8

Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.

Romanos Capítulo 7:9

Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.

Romanos Capítulo 7:10

Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte;

Romanos Capítulo 7:11

porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.

Romanos Capítulo 7:12

De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.

Romanos Capítulo 7:13

¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.

Romanos Capítulo 7:14

Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.

Romanos Capítulo 7:15

Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.

Romanos Capítulo 7:16

Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.

Romanos Capítulo 7:17

De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.

Romanos Capítulo 7:18

Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.

Romanos Capítulo 7:19

Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.

Romanos Capítulo 7:20

Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.

Romanos Capítulo 7:21

Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.

Romanos Capítulo 7:22

Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;

Romanos Capítulo 7:23

pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

Romanos Capítulo 7:24

¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

Romanos Capítulo 7:25

Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

Romanos Capítulo 8:1

Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Romanos Capítulo 8:2

Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Romanos Capítulo 8:3

Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;

Romanos Capítulo 8:4

para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Romanos Capítulo 8:5

Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.

Romanos Capítulo 8:6

Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.

Romanos Capítulo 8:7

Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;

Romanos Capítulo 8:8

y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.

Romanos Capítulo 8:9

Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

Romanos Capítulo 8:10

Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.

Romanos Capítulo 8:11

Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

Romanos Capítulo 8:12

Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne;

Romanos Capítulo 8:13

porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

Romanos Capítulo 8:14

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.

Romanos Capítulo 8:15

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!

Romanos Capítulo 8:16

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

Romanos Capítulo 8:17

Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

Romanos Capítulo 8:18

Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.

Romanos Capítulo 8:19

Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.

Romanos Capítulo 8:20

Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza;

Romanos Capítulo 8:21

porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.

Romanos Capítulo 8:22

Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;

Romanos Capítulo 8:23

y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.

Romanos Capítulo 8:24

Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?

Romanos Capítulo 8:25

Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.

Romanos Capítulo 8:26

Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

Romanos Capítulo 8:27

Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

Romanos Capítulo 8:28

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Romanos Capítulo 8:29

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Romanos Capítulo 8:30

Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

Romanos Capítulo 8:31

¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?

Romanos Capítulo 8:32

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

Romanos Capítulo 8:33

¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.

Romanos Capítulo 8:34

¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

Romanos Capítulo 8:35

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

Romanos Capítulo 8:36

Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.

Romanos Capítulo 8:37

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Romanos Capítulo 8:38

Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,

Romanos Capítulo 8:39

ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

1 Corintios Capítulo 5:11

Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.

2 Corintios Capítulo 5:17

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

2 Tesalonicenses Capítulo 3:6

Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros.

2 Timoteo Capítulo 1:7

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Hebreos Capítulo 10:26

Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados,

Santiago Capítulo 4:17

y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.

1 Juan Capítulo 1:9

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

1 Juan Capítulo 3:4

Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.

1 Juan Capítulo 3:5

Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.

1 Juan Capítulo 3:6

Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.

1 Juan Capítulo 3:7

Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo.

1 Juan Capítulo 3:8

El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

1 Juan Capítulo 3:9

Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

1 Juan Capítulo 3:10

En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

1 Juan Capítulo 3:11

Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.

1 Juan Capítulo 5:18

Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.