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Algunos temas bíblicos

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H ... / hablar mal de los demás

hablar mal de los demás

Proverbios Capítulo 11:12

El que carece de entendimiento menosprecia a su prójimo; Mas el hombre prudente calla.

Proverbios Capítulo 17:9

El que cubre la falta busca amistad; Mas el que la divulga, aparta al amigo.

Eclesiastés Capítulo 7:21

Tampoco apliques tu corazón a todas las cosas que se hablan, para que no oigas a tu siervo cuando dice mal de ti;

Eclesiastés Capítulo 7:22

porque tu corazón sabe que tú también dijiste mal de otros muchas veces.

Lucas Capítulo 6:37

No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.

Romanos Capítulo 12:19

No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.

Efesios Capítulo 4:29

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.

Efesios Capítulo 4:31

Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.

Filipenses Capítulo 4:8

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

Colosenses Capítulo 3:8

Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.

Tito Capítulo 3:1

Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra.

Tito Capítulo 3:2

Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres.

Tito Capítulo 3:3

Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.

Tito Capítulo 3:4

Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,

Tito Capítulo 3:5

nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

Tito Capítulo 3:6

el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,

Tito Capítulo 3:7

para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.

Tito Capítulo 3:8

Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.

Tito Capítulo 3:9

Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho.

Tito Capítulo 3:10

Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo,

Tito Capítulo 3:11

sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio.

Tito Capítulo 3:12

Cuando envíe a ti a Artemas o a Tíquico, apresúrate a venir a mí en Nicópolis, porque allí he determinado pasar el invierno.

Tito Capítulo 3:13

A Zenas intérprete de la ley, y a Apolos, encamínales con solicitud, de modo que nada les falte.

Tito Capítulo 3:14

Y aprendan también los nuestros a ocuparse en buenas obras para los casos de necesidad, para que no sean sin fruto.

Tito Capítulo 3:15

Todos los que están conmigo te saludan. Saluda a los que nos aman en la fe. La gracia sea con todos vosotros. Amén.

Santiago Capítulo 1:26

Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.

Santiago Capítulo 3:13

¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.

Santiago Capítulo 4:11

Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.

Santiago Capítulo 4:12

Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?

1 Pedro Capítulo 2:1

Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,

1 Pedro Capítulo 2:2

desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,

1 Pedro Capítulo 2:3

si es que habéis gustado la benignidad del Señor.

1 Pedro Capítulo 2:4

Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,

1 Pedro Capítulo 2:5

vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.

1 Pedro Capítulo 2:6

Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado.|

1 Pedro Capítulo 2:7

Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo;

1 Pedro Capítulo 2:8

y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.

1 Pedro Capítulo 2:9

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;

1 Pedro Capítulo 2:10

vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.

1 Pedro Capítulo 2:11

Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,

1 Pedro Capítulo 2:12

manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.

1 Pedro Capítulo 2:13

Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior,

1 Pedro Capítulo 2:14

ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien.

1 Pedro Capítulo 2:15

Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos;

1 Pedro Capítulo 2:16

como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios.

1 Pedro Capítulo 2:17

Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.

1 Pedro Capítulo 2:18

Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar.

1 Pedro Capítulo 2:19

Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padiciendo injustamente.

1 Pedro Capítulo 2:20

Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios.

1 Pedro Capítulo 2:21

Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;

1 Pedro Capítulo 2:22

el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;

1 Pedro Capítulo 2:23

quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;

1 Pedro Capítulo 2:24

quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

1 Pedro Capítulo 2:25

Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.